RosePurpuraDelCairo escribió:
El problema es que todo el mundo está cegado con Almodóvar. Podría parecer que el coñazo que se da con Almodóvar es un síntoma de la buena salud del cine español, pero la realidad es que se trata precisamente de la mejor prueba de lo mal, mal, pero mal que va el cine español, hasta el punto que la gente se aferra desesperadamente al trabajo de este hombre como si fuera el Salvador o algo así, como si fuera la única figura notoria del panorama cinematográfico nacional. Hay un mundo muy interesante más allá de Almodóvar, pero parece que no queréis verlo, con la excusa de que todo es basura. Esto no es cierto del todo. Lamentablemente la mayoría del cine español es pura basura (ahí están esos gloriosos ejemplos en la línea de "El Equipo Ja") pero hay algunas mentes pensantes muy atractivas. No puedo decir tal cosa de Almodóvar, quien, para mí, es un tipo que no se arriesga en absoluto, que hace cine español para españoles que no sale de las historias de calle más simples, pero mira por donde que al otro lado del charco le han dado por venerarlo. Por mucho travesti que meta. Eso no es símbolo de transgresión ni nada, yo lo veo como simple y puro morbo del que atrae al público más fácil de contentar, sólo que es un morbo disfrazado de "verdad sin complejos" o algo así. En cambio, Amenábar, por ejemplo, hace lo que yo llamo "cine español sin complejos", como esa obra maestra que es "Abre los ojos", puro cine psicológico que igual vale aquí que en EEUU; y Álex de la Iglesia es alguien como el que no hay ninguno, un tipo que hace el cine que le gustaría ver, pasando olímpicamente de las mojigatas convenciones del cine español, y si hay que meter un friki disfrazado de Darth Vader en la película pues se mete.
Eso es lo que ha hecho Guillermo del Toro en "El laberinto del fauno", ha creado una película que, a diferencia de "Volver", sí que será recordada con admiración, porque se trata de una obra de arte alejada de lo que se suele hacer por aquí, llena de fantasía y con una estética sombría de las que se recuerdan, cosas que hacen mucha falta en un mundo cinematográfico tan tristemente limitado como éste, en el que sólo hay sitio para las comedias casposas y los dramas urbanos de riesgo cero hipócritamente reverenciados.
Pero los admiradores de Almodóvar hacen como que no se enteran.
