Buenas tardes a todos.
En primer lugar, muchas gracias por las muestras de apoyo que nos estáis enviando desde aquí. Haber tomado la decisión de declararnos en huelga no es plato de buen gusto para nosotros, pero tras siete años de conversaciones infructuosas con las empresas (¡siete años!, se dice pronto), hemos llegado a un punto en el que no nos han dejado otra salida.
Me gustaría aclarar ciertos puntos sobre el escrito de Magia del Doblaje, ya que veo que muchos de vosotros lo habéis leído. Este texto cayó en mis manos ayer... y todavía no salgo de mi asombro y de la más absoluta indignación.
Si es cierto que los administradores de este foro han retirado el post, personalmente (y esto es una opinión exclusivamente mía) les estoy muy agradecida. Hay una diferencia abismal entre censurar una opinión libre y respetuosa (lo cual resulta deleznable) o, como es el caso, retirar un escrito lleno a rebosar de mentiras malintencionadas que están completamente alejadas de la realidad. La libertad de expresión trata de eso: de poder manifestar un determinado parecer sin ofender a nadie y aportando datos reales, no cálculos descerebrados salidos de madre, con el único propósito de verter sobre nuestro colectivo basura que no le corresponde. A mentir descaradamente sobre otros, públicamente además (escondido tras el anonimato, por supuesto), y pretender que se te consienta, disfrazándolo de "opinión libre y personal", a eso no tenemos derecho nadie.
Son tantos los despropósitos vertidos en el texto de marras, que solo voy a comentar algunos; de lo contrario necesitaría días.
Para empezar, esas tarifas que tenemos "y que todo el mundo respeta" ya se vieron sangrantemente reducidas en un 25% hace nada menos que viente años. Y así se han quedado hasta hoy.
Del censo total de actores y actrices de Madrid, es un porcentaje pequeñísimo el que hace, además de takes, publicidad. Hace tiempo, además, que hay muchos problemas de liquidez en estos estudios, y los locutores nos vemos en la tesitura de cobrar nuestras facturas ocho, diez o doce meses más tarde, y en algunos casos, simplemente no cobrando el trabajo realizado. A eso hay que sumarle el IVA que ya hemos adelantado de nuestro bolsillo, el pago de autónomos y los ingresos que van a figurar en la Declaración de la Renta del año siguiente, por los cuales hay que pagar los impuestos correspondientes aunque no se haya cobrado el trabajo. Así que esa "publicidad a precio de oro" no es ni mucho menos como este señor o señora la pinta. ¿4000 euros por una publi? ¿1700 euros por una promo? Decir que estas cantidades son un puro disparate es quedarse corto. Una promo se está cobrando a 150 euros. Y ni estamos haciendo publis, ni estamos haciendo promos todos los días.
En cuanto al concepto de CG, se diseñó por seis horas de trabajo... en ese Convenio maravilloso en el que se cobraba un 25% más. Si nos agarramos al convenio para invocar las horas de trabajo, también habría que restituir el salario completo. A un trabajador de nuestras características, que no disfruta de vacaciones pagadas, ni de pagas extraordinarias, pretender escamotearle también su CG me parece que roza la más absoluta mezquindad. Además está el hecho de que, un actor de doblaje puede llevar veinte años trabajando para un estudio concreto de forma habitual; en el momento en que dicho estudio decida no volver a contar con él nunca más, ni se tiene derecho a finiquito, ni nada que se le parezca. Estamos sujetos a una inestabilidad que es intrínseca a la profesión y que aceptamos como parte de ella; pero, si en compensación, pretendemos ganar una serie de derechos, por favor, que se deje de criticarnos por ello.
Decir que llamamos "frikis de mierda" a los aficionados al doblaje de interntet, es una acusación muy seria. Es un insulto. Para afirmar algo así, hay que proporcionar nombres y, muy especialmente, decirlo a cara descubierta. No se puede tirar una piedra de ese tamaño, esconder la mano, y reclamar ¡encima!, "que se respete mi opinión". Por favor. Seamos serios. Es muy injusto hacer determinadas acusaciones así, en general, parapetado tras el anonimato y sin dar la oportunidad a que los aludidos se defiendan.
Que a la "inmensa mayoría se le sale el trabajo (y el dinero) por las orejas" es otro insulto mayúsculo. Muchos vivimos de esto dignamente, pero la "inmensa mayoría" no estamos, ni mucho menos, nadando en la abundancia. Muy al contrario, se da la circunstancia, como en otros colectivos, de tener muchos compañeros y compañeras cobrando subsidio por desempleo. ¿"Está establecido que en la profesión nadie cobra menos de 2000 euros al mes"? Absolutamente falso. Ya nos gustaría tener asegurado un mínimo al mes, que NO lo tenemos. Hoy cobras 2000 y al mes que viene cobras 400. Y en medio de esta inestabilidad, te administras. Esto es así. Y nóminas tenemos todos para demostrarlo.
Que somos los únicos que no hablamos idiomas (otra vez "la inmensa mayoría") y que no tenemos formación superior es una afirmación muy osada, falsa en muchísimos casos, y es entrar, además, en un terreno muy personal que nada tiene que ver con el tema que aquí se trata. Lo mismo que decir sin empacho que vamos por ahí ninguneando y despreciando al resto de gente que trabaja en esto. Pero bueno, ¿la persona que ha escrito esto de dónde ha salido? ¿Cómo puede acusarnos de actitudes tan graves así, gratuita y alegremente?
Y el colofón final es precioso: que ganamos diez mil euros al mes y que aparecemos conduciendo cada día un coche distinto. La [i]inmensa mayoría[i] tenemos un coche de muchos años, o vamos al estudio en metro y en autobús, como el resto de los trabajadores.
La realidad es que por el mismo producto, por exactamente el mismo producto (doblaje), en nuestros países vecinos nuestros homólogos cobran dos, tres y hasta cinco veces más que nosotros. Nosotros, por nuestra parte, no pedimos la equiparación; pedimos, sencillamente, quedarnos como estamos. Si renunciamos a una regulación entraremos en un mercado libre y estaremos totalmente desamparados; es lo que queremos evitar. Ni más ni menos. La persona que ha escrito esto ha puesto el foco de su frustración en el lugar equivocado. Son las empresas, con sus guerras entre ellas, las que llevan años gestionando fatal el producto que tienen entre manos. Si se están quedando sin márgenes de beneficio dedicándose a una industria que en otros países se paga tan magníficamente bien, a lo mejor quienes no están haciendo bien los deberes son los empresarios. Tirar piedras sobre nuestro colectivo no va a mejorar la situación del autor/a de este escrito. Mejor haría en intentar luchar por sus propias condiciones laborales, en vez de fijarse tanto en lo que hacemos los demás. Está escupiendo a las personas equivocadas.
Como he dicho al inicio, los actores y actrices de doblaje de Madrid llevamos siete años con Adoma intentado pelear por nuestros derechos. Detrás de nuestra lucha, y por extensión, de esta huelga, hay muchísimo esfuerzo, muchos desvelos, muchas horas, muchas personas trabajando febrilmente. Esta unión y esta determinación que tenemos ahora no se consigue de la noche a la mañana. Entiendo que a otras personas les dé pereza poner toda esta maquinaria en marcha, y prefiera seguir tragando con todo lo que les impongan porque, al final, es lo más cómodo. Pero, por favor, un poco de respecto hacia los que hemos decidido no dejarnos avasallar por la corriente general que hay en este país de aplastar al trabajador. Que somos muy afortunados por poder dedicarnos a una profesión que amamos, pero que somos, ante todo, trabajadores. Que a nadie se le olvide eso.
|