Sigo, sigo.
KILL BILL: Kill Bill cuenta con un doblaje pintoresco y genial a todos los niveles. Las únicas irregularidades están en el salto del volumen 1 al 2, con el ya famoso e inexplicable cambio de voz a Bill. Manolo García está imponente en sus intervenciones (todas en off) de la primera película, pero Ernesto Aura es más apropiado para el tosco rostro de Carradine. Es posible que esto tenga algo que ver, aunque desde luego es algo que pudo haberse previsto desde el principio. También está el curioso dato de que ambos volúmenes no comparten director, siendo Jenner el responsable en el primero y Juan Fernández en el segundo. Pero si no contamos estos sorprendentes cambios es un doblaje intachable. Una vez más, Nuria Mediavilla es Uma Thurman (pese a la dirección de Jenner), pero cuesta imaginarse a la Novia con otra voz, hasta para un defensor de Montalá como yo. Mediavilla está en uno de sus mejores papeles, se deja la piel gritando y su trabajo está en intensidad a la altura del de Uma.
Respecto al resto del escuadrón diabólico de Pierre Nodoyuna, destaca Salvador Vives por encima de todos. Su interpretación de Bud es antológica, rota y con el punto exacto de tosquedad, preservando ecos de la brusca pronunciación fronteriza de Michael Madsen sin necesidad de forzar un acento, y manteniendo al mismo tiempo esa bella solemnidad con la que juega Madsen. Un trabajo muy difícil que cumple sobradamente. Es de celebrar que sea Vives el mejor (su mejor papel, probablemente), puesto que Madsen es al mismo tiempo superior a sus compañeras en su papel.
Rosa María Hernández está muy bien, pero peca quizá de cierta compostura excesiva en algunos momentos en los que Daryl Hannah se desagañita. Esto es evidente sobre todo cuando Elle se retuerce ciega por la caravana. Hannah se deja la voz entre gritos patéticos y llantos babosos, algo de lo que Rosa María queda muy pero que muy lejos en esa escena. Y de esto no tiene ella la culpa, pero Elle tiene una buena frase que queda un poco estropeada por una adaptación sosilla ("colosal, una palabra que me gusta pero no tengo demasiadas oportunidades de utilizar" cuando la palabra original es ""gargantuesco").
Un par de cosillas más serían el detallazo de Jenner de traer a Gustems de vuelta para el mismo personaje que Michael Parks interpretó muchos años antes en Abierto Hasta el Amanecer (sin embargo, en el volumen 2 Parks tiene otro personaje pero no se mantiene a Gustems), la impecable traducción de los intertítulos por parte de Daniel García en el volumen 1 (en el segundo no es él, otro fallo de continuidad), lo brutal que está Joan Crosas doblando a Hattori Hanzo (da el pego completamente como japonés hablando castellano) y el cameo de Mieza tras los créditos del volumen 2. No es todo, desde luego, hay mucho que comentar en un díptico tan largo, pero así os dejo a vosotros para que aportéis.
DEATH PROOF: Death Proof es una oportunidad de oro para encontrar a prácticamente todas las voces femeninas jóvenes de la primera línea de Barcelona juntas, haciendo frente a papeles dificilísimos. No es que esta panda de tías odiosas brille por la complejidad de sus personalidades, pero las hijas de puta no se callan ni debajo del agua, sueltan tacos como camioneros, dicen gilipolleces de lo más rebuscadas con pasmosa naturalidad y sueltan referencias a velocidad de ametralladora. Las actrices de doblaje están todas fenomenales. La adaptación de los diálogos de Death Proof puede que sea la más complicada de todo el cine de Tarantino, por la densidad de interjecciones vulgares y jerga sureña y negrata que contiene. Y la cosa queda bastante bien. Uno de los mayores escollos del doblaje (algo inherente a su naturaleza) es su artificialidad implícita, pero las actrices que doblan a las chicas de Death Proof superan la prueba con nota, encontrando un esforzado punto lo más cercano posible a la arrastradísima versión original pero sin cometer el error de alejarse demasiado del "academicismo" al que estamos acostumbrado. Aunque sería lo ideal, otra cosa quedaría extraña y fuera de lugar. María del Mar Tamarit me gusta especialmente (siempre intentando pasar por alto lo odioso de su personaje, como todas las demás), y Alicia Laorden está encantadora, por nombrar sólo a dos de ellas. Por cierto, faltan muchísimas de las chicas en la ficha, estaría bien que alguien le echara un vistazo a la peli a ver si identifica a alguien más (Mariposa, Jungle Julia...).
Y en el otro lado del ring está Salvador Vidal como Stuntman Mike... y si me preguntáis a mí, creo que se carga a Kurt Russell por completo. Donde Russell se muestra bruto como un arao mascullando y escupiendo palabras con acento sureño cerradísimo, Vidal se empeña en guardar su compostura exquisita y su proyección imponente de la voz; donde Russell grita como una auténtica nenaza, Vidal lo hace sin cambiar su tono lo más mínimo y arruina el efecto de la absoluta pérdida de la dignidad del otrora psicópata aterrador. La veteranía de la asociación me es indiferente: ante la aparente incapacidad de Vidal para adaptarse a registros que se salgan de variantes de Ed Harris en el Show de Truman, el antecedente de Kill Bill me hace pensar en Salvador Vives como alternativa infinitamente mejor, y hasta puedo imaginarme a Jenner como voz perfecta para Stuntman Mike.
Este doblaje lo dirige Albert Trifol Jr., y supongo que a él hay que agradecerle el regreso de Gustems, Pons, y Belén Roca como Michael Parks, Hijo Número 1 y Marley Shelton (pese a lo que pasó en Planet Terror como el primero), y su aportación a la consolidación definitiva de esa grandiosa asociación que es Mieza/Tarantino. En definitiva, un estupendo doblaje, con el escollo de que lo mejor de la película es lo único que se ve arruinado por culpa de Vidal.
MALDITOS BASTARDOS: Más allá de las geniales interpretaciones, más allá de Pep Antón Muñoz estrenándose en el mundo Tarantino con un doblaje acojonante de Christoph Waltz, de Alba Sola demostrando por enésima vez por qué es la reina de los acentos de opereta y de los magníficos secundarios, el doblaje de Malditos Bastardos arrastra un escollo inexcusable del que ya hablamos en su momento, que es la absurda traducción de pasajes que jamás deberían haberse doblado. Dudo que Manuel García Guevara sea el responsable de que las largas secuencias en alemán y francés estén traducidas a nuestro idioma, cargándose por completo uno de los aspectos clave de la película y el enfoque hiperrealista buscado por Tarantino; pero el caso es que esto es lo que tenemos. Joel Mulachs demuestra lo muchísimo que vale, pero la triste realidad es que en esta película apenas había sitio para ella, ni tampoco para el digno autodoblaje de Daniel Bruhl: en la VO ninguno de los dos habla en inglés salvo en momentos muy puntuales. Ni el encuentro en el café, ni la cena con Goebbels y Landa, ni la pelea en la sala de proyecciones, nada de eso debió doblarse jamás. El caso más sangrante puede que sea el de la cantina nazi, en el que el absurdo llega a niveles extremos atendiendo al contexto narrativo de la misma. Es la primera escena en la granja la única que muestra cómo debió ser esta película en nuestra versión, aunque cierto es que no todos pueden sonar tan convincentes como Pep Antón Muñoz mientras saltan de un idioma a otro. Pep Antón Muñoz está, repito, colosal. Clava a Christioph Waltz hasta el punto de que apenas hay diferencias entre el trabajo de uno y del otro, y está condenadamente divertido.
Dani García está correcto tan solo, aunque Brad Pitt en VO tampoco está especialmente brillante en su imitación de la forma de hablar del sur. José Posada genial, aunque sus frases habrían sido muchísimas menos de haberse respetado el tema de la traducción. Alba Sola, magistral como siempre; Jordi Pons, Jordi Ribes, Domenech Farell... Todos muy bien. Y el cuidado de los cameos en off también es digno de mención; no veo necesario comentar quiénes son.
Es el momento de comentar que hace un tiempo me molesté en crear la versión castellana "Accurate" de Malditos Bastardos, extrayendo el audio y sustituyendo los pasajes ilegítimamente traducidos por su versión original, dando lugar a lo que debió ser desde un principio. Aunque es cierto que, como pasará con Los Miserables, tras dos horas escuchando a Melanie Laurent hablando en francés con su propia voz resulta extraño el salto a la versión doblada cuando graba su terrible mensaje para los nazis.
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Y eso es todo, amigos. Por ahora. Dentro de un mes tendremos material nuevo del que debatir, y comprobaremos si Pep Antón Muñoz, Bernal, Posada y compañía están a la altura de las expectativas. Antes de terminar creo que debería hacer al menos una mención a ese díptico pseudotarantinesco compuesto por Amor a Quemarropa y Asesinos Natos. El doblaje de la primera es muy bueno, al nivel de la Barcelona de la época; pero el de Asesinos Natos, único doblaje madrileño junto con el original de Reservoir Dogs, es espectacular. Debe ser uno de los primeros trabajos de dirección de Eduardo, y ya entonces andaba sentando precedente con un reparto espectacular en estado de gracia, con la relativa excepción de los dos protagonistas: un José Luis Gil algo inapropiado y una Amparo Bravo un poco verde aún. Pero Luis Reina y Salvador Aldeguer están de locura, increíbles.
Y para terminar ya, Four Rooms merece ser nombrada por ser, junto a Desperado, el bautismo de Alberto Mieza como voz de Tarantino para los anales de la historia. El director de todas estas películas que tantas veces hemos visto cuenta con una de las asociaciones más memorables y geniales de toda su filmografía en español.
http://www.youtube.com/watch?v=vKOcN8XVEqY