Towanda escribió:
Y ahora sólo te falta decir, como ese célebre escritor catalán y colaborador de Crónicas Marcianas, Salvador Sostres, que igual es primo tuyo, que el español/castellano es una lengua de pobres, de horteras, de analfabetos y de gente de poco nivel, que sólo lo hablas con tu chacha y que en Cataluña lo español se asocia a las clases bajas y, ya puestos, en el mundo entero según las estadísticas de la ONU y centrándote en la renta per cápita de los países Hispanoamericanos. Aunque despotricar contra esos países puede que no te interese, tú te centras sólo en un país. Lo tuyo, Lacasa,... no sé ni cómo calificarlo.
Quisiera hacer un comentario respecto a la asociación Castellano-marginal.
No os cabreeis antes de tiempo y leedlo hasta el final
El problema es que no todos los castellano-parlantes son gente de barrios marginales, pero en los barrios marginales son todos castellano-parlantes.
La verdad es que es una lástima que se tergiverse de esa manera la realidad, pero todo tiene su historia.
La cosa empieza con la inmigración a Catalunya de las personas procedentes de Andalucía, Extremadura, etc. La educación entonces era extremadamente insuficiente ya que los pocos colegios de calidad que habían, estaban en las grandes ciudades.
Los que habían nacido en Barcelona, al ser residentes en una gran ciudad tenían "más nivel" que los "pueblerinos" que venían (nótense las comillas) y mientras los primeros vivían en barrios céntricos como Gracia, los segundos se establecían en la periferia o barrios marginales. La verdad es que muchos de los recién llegados no se abrieron demasiado a las nuevas costumbres y formaron "guettos" en las poblaciones del Baix Llobregat o en zonas como La mina y Barrios como San Roque. Por todo ello se crearon barreras entre los castellano-parlantes,considerados paletos o marginales y los catalano-parlantes, que al vivir en los mejores barrios les daba un nivel que los otros no tenían.
Es verdad que muchos de los castellano-parlantes eran (y son) muy maleducados y toscos, pero es porque venían de pueblos en los que no recibieron mucha educación y en sus casas vivieron un modelo familiar autoritario y machista que ellos continuaron en sus hogares. Además, al venir a trabajar, ellos no tuvieron tiempo de ir a escuela a recibir una mayor educación sencillamente porque eran tiempos duros para los "curritos". En cambio muchos de sus vecinos catalanes por el echo de ser de ciudad tenían una mayor educación y modales más refinados.
Quisiera hacer un inciso: Hay mucha gente de la que se estableció en Catalunya que prácticamente no sabían leer y escribir, que al jubilarse han empleado su tiempo libre en recibir una educación formal. Un ejemplo serían los alumnos de la escuela de adultos de la Bernera, quienes han leído tantas veces los clásicos de la literatura griega y los libros más ilustres de nuestros autores españoles, que los llaman desde el extranjero para dar conferencias. Muchos de ellos entraron sin saber leer y con la etiqueta de analfabetos.
Para desmitificar, hay que decir que los malos modales y la incultura de los emigrados no se debe a que eran castellano-parlantes, sino a que eran gente sencilla de pueblo despreciada por la gente de ciudad. Sin duda alguna no habría demasiada diferencia en el nivel cultural y los malos modales entre un andaluz de la época y un pagés lleidetí .
También quisiera decir, que en los barrios marginales hay cosas muy positivas que no se dan en los mejores barrios. Yo tengo un amigo (amigo, no simple compañero) de la universidad que es de San Roque. Al principio le hacía coñas y aún sigo llámandole "Gitano" por donde vive, pero al ir a su barrio, la humanidad y sencillez de la gente que vive allí es increíble, los vecinos se conocen de toda la vida y se ayudan. En cambio, en otros barrios de "más nivel" la gente de una misma escalera ni se conoce ni se saluda, cada uno en su casa y a nadie le importa nadie. Puede que en San Roque no sean tan refinados, pero el calor humano es envidiable.
PD: Woody Allen será lo que querais, pero sin duda hay que reconocer que es muy tenaz. Aunque tenga a todo el mundo en contra, él sigue adelante.