RosePurpuraDelCairo escribió:
Que le den a la crítica. LA CHISPA DE LA VIDA me ha gustado muchísimo. Hasta ahora hemos visto a Alex de la Iglesia moverse por el terreno de la comedia negra como pez en el agua, pero esta vez ha intentado empezar con un tono de comedia negrísima, pero negra, negra, negra, de ésa que no estás seguro de si sigue siendo comedia, para avanzar hacia el dramón más extremo. No el de llorar, sino el de dejarte mal cuerpo. Pienso en toda la gente (conocidos y gente de internet) que no ve BREAKING BAD porque después de un par de capítulos decidieron que aquello era demasiado para ellos, demasiado para el cuerpo, demasiado oscuro y demasiado malrollista. Creo que eso es lo que he sentido con esta película, aunque ese tipo de cosas me gustan. Pocas veces uno puede permitirse el lujo de llorar con una peli, por ejemplo.
Bueno. Hay un detalle de la trama que yo desconocía y que ha resultado una sorpresa agradable, ya que tiene posibilidades muy interesantes. El personaje de José Mota (muy digno el tío) no es, como yo creía, un tiburón de las comunicaciones que quiere aprovecharse sin más del tirón mediático de su accidente, sino que es un fracasado que decide aprovecharse del accidente por pura desesperación, por miedo a lo que pueda pasarle a su familia si él se muere. Otra vez voy a tener que mencionar BREAKING BAD, porque Roberto hace lo que hace para asegurar un colchón económico a su familia. Un aspecto muy positivo del guión en este sentido es que si bien hace referencia explícita a la crisis, el asunto está abordado elípticamente, de un modo más genérico, apelando más a "la desesperación de una persona" y evitando así que la película pueda caducar si se arregla la situación económica. Así pues, más allá de la abierta crítica al amarillismo, la película habla de miserias morales, dignidad, éticas personales (aquí entra Salma Hayek, que toma un par de decisiones enternecedoras) y "ser un mensch", desde el prisma más oscuro y retorcido, como a mí me gusta. En esto estriba la principal diferencia entre EL GRAN CARNAVAL y LA CHISPA DE LA VIDA. Si no fuera Roberto el que se aprovecha de las circunstancias sino un tercero, estos temas no se podrían explorar.
El reparto en general me ha parecido contra todo pronóstico un punto fuerte. Los nombres con tirón no distraen, como esperaba, sino que sorprenden con registros extraños que me hacen pensar que Alex de la Iglesia se lo pasó bastante bien confeccionando el casting. Tenemos a un montón de caras conocidas en papeles semiprincipales (esto es casi un relato coral) y varios cameos de actores y directores que mejor no destripo (no todos aparecen en los créditos del principio).
¿Y la crítica a los medios? Es eso que hemos visto mil veces, pero... hay algo que nos hace sentirnos como si fuera el tema más novedoso y chocante del universo. Puede que sea el carácter extremo de los personajes que representan al sensacionalismo televisivo, pero odias visceralmente al personaje de Fernando Tejero, lo vemos sarnoso, rastrero, malvado; como si nunca antes hubiéramos visto a un buitre de éstos en pantalla. Lo cierto es que todo lo que rodea a Roberto es de algún modo grotesco, como una pesadilla distorsionada en la que hay cabida para arquetipos extremos tan vistos como el alcalde tipo-TIBURÓN que no quiere cerrar el museo. Pero la locura es que en lugar de cansar y resultar predecibles, estos personajes funcionan. Puede que sea la coherencia interna, la misma que faltaba en BALADA y hacía que nos fuera imposible aceptar a esos payasos asesinos pasadísimos de rosca; pero el caso es que aquí funcionan. Resultan aterradores, provocan risas de ésas que se te congelan en la boca por lo siniestro que puede llegar a ser reirse de sus excesos (cierto intento de product placement por parte de Tejero). Quizá el personaje de Puigcorbé es el único que supera la línea y llega a ser demasiado monstruoso, demasiado desalmado para no cuestionárnoslo, concretamente en su última aparición en la película.
La peli, por cierto, está MUY bien rodada. BALADA estaba ejecutada como el culo, era vistosa y tenía panorámicas enormes y muy llamativas, pero todo aquello parecía llevado a cabo por un aficionado que jueguetea con un sofisticado equipo que le viene demadiado grande. Esta, en cambio, es más contenida formalmente pero no por ello resulta monótona. Claro que hay quien piensa que una película es visualmente aburrida si no hay exageradas virguerías de cámara de por medio. No, no, esta es elegante, con efectismos muyyyyy sutiles y bastantes metáforas visuales bastante molonas (que quizá no se pillen a la primera, seguro que yo me perdí unas cuantas).
En definitiva, una película oscura como ella sola, la cabrona, que en algún momento y sin que nos demos cuenta deja de ser la comedia más negra que te has echado a la cara para dejar defintivamente cualquier atisbo de humor; hasta llegar a un final agónico, casi insoportable. Pero claro, todo esto podría no ser nada si no está bien hecho. Y yo creo que sí lo está. Aunque ya sé que estoy en desventaja numérica. Un 8 y la mejor película de Alex desde MUERTOS DE RISA. Y punto, coñe.
Bueno señor, ya habló usted por mí. Suscribo tus palabras, es una película que me mantuvo con la sonrisa congelada durante un buen tiempo, va mucho más allá de ese reconocible humor negro del que Álex siempre ha sido nuestro principal abanderado. Desde luego me ha encantado, y en cuanto a los críticos pues he de suponer que la pondrán a caer de un burro. Sus cerebros de serrín les impedirán ver más allá de "una revisión fallida de EL GRAN CARNAVAL". Ésta y MUERTOS DE RISA están destinadas a ser las dos películas más injustamente vapuleadas de De la Iglesia y del cine patrio.
Eh un momento, ni de coña puedo suscribir todas tus palabras. BALADA dentro de los muchos defectos que pueda tener mola un pasote. Pero aquí si puedo comprender el desconcierto general y es que es jodidamente bizarra, pasadísima de revoluciones, el guión tiene más agujeros que la cara de Jordi González y me atrevería a decir que es la película más inmadura de De la Iglesia con diferencia. En lo que a mí respecta salí empalmado del cine, claro que no sé si tanto como el amigo Tarantino. Vamos, que me hizo pasar un buen rato y me arrancó bastantes carcajadas. Pasé por alto sus incontables excesos. Lo que si me costó tolerar fue ver a Carlos Areces en pelota picada paseando su gordo y peludo culo. Qué fuerte me parece...
Ah, que se me olvida. Fernando Tejero:
YOU WIN.