Dios, mi reacción al ver a nuestro sucio pirata tuerto totalmente limpio y con cara de pringao aniñado (yo tenía un amigo IGUAL a Gareth) fue ojiplática.
Bueno, a ver, hoy he estado chutándome Disney, porque el espíritu navideño es lo primero a lo que me lleva. He visto DUMBO (que no me ha descubierto nada nuevo de lo que ya sabía, sigue gustándome igual, ni más ni menos) y FANTASÍA. Y creo que a Skull (al menos) le gustará oir que de acuerdo, rectifico, es mejor que su homónima futurística. Es más arriesgada, es más poliédrica, es más artística, más conceptual, más fiel al concepto sobre el que gira, más todo. Vamos a ver, en realidad todo esto ya lo sabía, pero si recordáis, mi argumento para preferir la secuela eran los avances tecnológicos, que permitían alcanzar los logros a los que Walt aspiraba en 1941. Pero qué va, mentira. FANTASÍA logra todo cuanto se propone, y me he encontrado a mí mismo totalmente hipnotizado frente a la pantalla y el espectáculo de luces y música que propone ese genio que es Walt Disney. Hay altibajos, algunas historias son mejores que otras; pero la idea del espectáculo audiovisual total es inconmensurable, audaz, única, el fruto de una mente auténticamente visionaria. Ciertamente mis segmentos menos favoritos son los más convencionales y narrativos, y los más abstractos o simplemente conceptuales los que más me gustan. De menos a más serían:
-El ballet de las horas: Nunca me ha hecho demasiado gracia, pese a que la idea de los animales más torpes de la naturaleza protagonicen un ballet me divierte. -La pastoral de Beethoven: Bonita de ver, pero demasiado larga y poca chicha. Para ser convencional y narrativa es demasiado contemplativa. Los diseños de las chicas centauro son preciosos. No me disgusta, pero tampoco llega a gustarme. -El aprendiz de brujo: Me gusta, y algunas escenas son preciosas en color y planificación, pero nunca me ha parecido que su desproporcionada fama por encima de algunos otros segmentos sea justa. -Noche en el monte pelado/Ave María: Bellísima y aterradora en su primera parte (la de Mussorgsky) y un hermoso y breve colofón para toda la película en su segunda (la de Schubert). Poner juntas estas dos piezas es un gran acierto, como representantes de conceptos religiosos opuestos. Aparte, el segmento en sí, de imaginería abiertamente religiosa, resulta complementario al de la Consagración de la primavera, estrictamente científico. Toccata y Fuga de Bach: El segmento más abstracto y más arriesgado de toda la película, una puta belleza de colores, sombras y música que literalmente hipnotiza. Mi momento favorito de toda la película está en este segmento, el de las nubes verticales rosadas de estilo decó ascendiendo en el cielo. -El cascanueces: Muy largo y también increíblemente imaginativo. Las infinitas posibilidades a las que se presta el ballet original de Tchaikovsky por sus dispares influencias en todos sus cortes están aprovechadas al máximo. Una delicia. -La consagración de la primavera: Lo adoro. Desasosegante, crudo, poético. Transmite la desolación de un mundo aún por crear y la crueldad de la naturaleza más salvaje. Y de esto no se habla mucho, pero la animación de los dinosaurios es LA HOSTIA. Pensemos que estamos en pleno 1941, que la paleontología está en pañales en tema de dinosaurios y la recreación de cómo debían moverse estas criaturas hubo que inventarla desde cero, con pistas mínimas y procurando recrear algo creíble desde un punto de vista científico. Impresionante.
En general, una maravilla adelantada a su tiempo (y al nuestro) que aún no ha sido superada en audacia.
_________________ Miguel RosellóSi te interesa remotamente leerme hablar de canciones Disney, ésta es la cuenta de instagram a seguir.
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