¡Hola chicos! Sí, soy yo, aquel que se toma largos descansos y luego viene a postear en todas partes del foro para hacerse notar, y sin éxito.
Al final, todavía tengo pendiente
Taxi Driver, pero he visto dos pelis nuevas, las dos del director Mamoru Hosoda, enérgicamente recomendadas. Las susodichas son
La Chica Que Saltaba A Través Del Tiempo y
Summer Wars. Ambas tienen la peculiaridad de tener dos argumentos que podrían funcionar por si solos, que se mantienen más o menos paralelos durante toda la película, pero que se cruzan en momentos puntuales, afectando el uno al otro, y siempre siendo uno relacionado con la ciencia ficción, y el otro de corte más realista, íntimo, familiar, o sentimental.
En el primer caso, tenemos por un lado el paso de la adolescencia a los inicios del mundo adulto, cuando hay que empezar a pensar en el futuro, las indecisiones, el querer que nada cambie, que los amigos no se separen, pero el terrible pensamiento de que eso no es posible, que cada uno tiene que buscar su propio futuro. Por otro, el repentino suceso de que la protagonista descubre que es capaz de viajar al pasado cuando salta, y dependiendo de la altura y potencia del salto, viajará más o menos al pasado. Y pasa lo que siempre pasa en este tipo de argumentos. Querer cambiar el pasado te desvela futuros que no siempre van a ser mejores, la típica reflexión moral de que el egoísmo perjudica a los demás. Ambos argumentos se complementan entre si cuando la protagonista quiere que todo siga igual que siempre, que sus amigos no se aparten de ella, y utiliza su habilidad para cambiar hechos que provocan esos distanciamientos, pero al final se da cuenta de que provocar esos cambios no es la solución, y procurará revertir todo para poder seguir adelante.
En la segunda,
Summer Wars, volvemos a tener dos tramas paralelas. Una primera en la que una chica le ofrece un sencillo trabajo de verano a un chico, y es que la acompañe a casa de su familia fingiendo que es su novio, ya que por una promesa, ese mismo verano debía presentarle a su abuela al chico con el que se casaría en un futuro. Aquí surgen muchos temas interesantes, como es la difícil situación de una familia de célebre pasado y de buena posición, que se ha visto recientemente hundida por culpa de un hijo ilegítimo y que ha perdido su capital y su prestigio, pero que sigue arraigada a tradiciones familiares de matriarcado. El protagonista deberá ser capaz de, pese a estar actuando, ganarse el visto bueno de una familia en cierto modo conservadora. Y luego está, la ciencia ficción, ya que nos plantean un mundo donde una mezcla entre Facebook y Second Life, llamado Oz, es una piedra angular de la sociedad. Y bueno, a lo largo de la historia, aparecerá un virus que pondrá patas arriba dicho mundo, pero no se quedará ahí, ya que las más importantes empresas del mundo tienen sucursal en Oz, al igual que numerosos departamentos de estado, y dicho virus empezará a sembrar el caos en el mundo real. Aquí es cuando el protagonista, un experto matemático, pondrá de su parte intentando parar el desastre, con lo que se aliará con muchos de los integrantes de la familia de la chica, aportando cada uno su granito de arena.
A ambas les pongo un 7, son una delicia visual, con buena dosis de ciencia ficción y, aunque podría estar mejor llevado, el efecto de dos historias paralelas pero complementarias me ha resultado muy interesante.