Desde que me intereso por el mundo del doblaje siempre me he preguntado por qué un mismo actor de imagen tenía que tener varias voces asociadas, cómo podía ser tan difícil lo que parece tan sencillo: que se haciese un casting de voz exhaustivo con motivo de la aparición de un nuevo actor de imagen y que a partir de esa elección, se fuese consecuente con la misma, independientemente de la ciudad o estudio en que se doblase la película.
Tras varios años \"dándole vueltas al tema\", creo que he se ha encendido una lucecita en mí y he entendido la \"Teoría de la relatividad aplicada al doblaje\".
El cliente, por la razón que sea, elige un estudio de doblaje para que en él se doble su película. Las razones pueden ser variables: desde la más sencilla, que ese estudio le inspira confianza al haber trabajado juntos con anterioridad hasta otras más complejas, como que dicho estudio -por medio de la persona adecuada- haya luchado con uñas y dientes porque el cliente cambie su estudio habitual y confíe en ellos.
Una vez que el doblaje ha sido asignado a un determinado estudio, puede suceder que el cliente tenga claro a quién quiere para los protagonistas y entonces los exija ( sean de ese estudio o no, de esa ciudad o no ). Es el caso claro de Bruce Willis o en su día de Clark Gable.
Puede suceder también que el cliente no lo tenga claro y pida pruebas de voz al director y a partir de las voces que el director le haya propuesto, elige una u otra. Obviamente, las voces que el director va a proponer pertenecerán a su estudio a círculo de confianza.
Rara vez, aunque se da el caso, el director jugará a espectador y elegirá a un actor al que no \"conoce\", sólo porque ésa es su voz habitual.
Por último, puede darse el caso de que el cliente dé carta blanca al director y le deje operar a sus anchas.
¿Cuáles son los criterios seguidos en cualquiera de estos tres casos?
1) Por parte del cliente: el cliente habla por medio de su \"representante\", que es el supervisor de doblaje en cuestión. Se supone que esa persona es la que domina el tema y por tanto puede tomar la mejor decisión desde un punto de vista artístico.
Por supuesto, ha habido muchos supervisores competentes y con conocimiento de causa. Lamentablemente, ese puesto lo suelen ocupar personas cuyos conocimientos de doblaje y de las voces del mercado son bastante limitados. Porque son empresarios antes que espectadores.
Para que dicho cliente pueda imponer a un actor, lo tiene que tener claro. Hace años, cuando no existía eldoblaje.com, el cliente no podía saber quién doblaba a su actor, salvo en las películas de su estudio. Era materialmente imposible que fuese al cine todos los días a ver todas las películas y tomase nota de quién doblaba a quién.
De ahí que la máxima fidelidad se diese en las películas de la Metro, ya que, por un lado el supervisor solía ser el mismo, y por otro lado, el estudio de doblaje era siempre el mismo. Por tanto, esas personas sí sabían perfectamente quién era la voz de quién.
Otros clientes como la Fox, aunque no tenían estudios de doblaje propios, solían ser bastante fieles en sus asignaciones. Por lo menos, sus películas siempre iban a parar a Madrid, sobre todo a los estudios Oro Films-Exa, aunque también a otros.
Lo normal pues es que, a lo sumo, un cliente sepa qué actores han doblado a sus estrellas en películas anteriores de esa mismo distribuidora, aunque a veces, ni eso.
Un ejemplo: independientemente de que Vidal se esté haciendo con la voz de Harrison Ford, siempre que la película es de la Columbia, vuelve Camilo García. Todo hace pensar que es una imposición del cliente.
2) Por parte de los estudios de doblaje:
Por un lado está el caso atípico de los estudios de la Metro, que estaban en conexión directa con el cliente, al pertenecer a la misma casa. Ahí las voces eran fijas, salvo que, un determinado actor dejase el estudio. Ejemplos: Juan de Dios Muñiz era la voz fija de Spencer Tracy hasta que se marchó a Madrid y le sustituyó José María Ovies. Emilio Ruiz era la voz de Gene Kelly hasta que también se fue a la capital y le dejó el camino libre a Víctor Ramírez. Rafael Luis Calvo era insustituible a la hora de doblar a Stewart Granger hasta que fichó por Voz de España y ya sólo volvió a la Metro para doblar a Clark Gable, impuesto por el cliente. Juan Luis Suari, su sucesor en el doblaje de Granger, sólo dejó de doblarle por su infortunada muerte.
Pero Rafael Navarro fue en esos estudios voz fija de Glenn Ford, Robert Taylor o Charlton Heston. Ovies de James Mason, el mencionado Tracy, Gary Cooper o Groucho Marx. María Victoria Durá de Ava Gardner y Eleanor Parker. Elvira Jofre de Greer Garson, Liz Taylor o Deborah Kerr. Manuel Cano de Anthony Perkins, Vícto Ramírez de Mel Ferrer y el mencionado Kelly, Ramón Martori de Louis Calhern, Millard Mitchell y Charles Laughton, etc.
Por lo que respecta a los demás estudios, la fidelidad era menos acusada, sobre todo si las películas de un mismo actor no llegaban muy seguidas.
En Voz de España, hasta el año 63, cuando fundamentalmente dirigía Santigosa y a veces Soriano y Peña, las asignaciones solían ser más respetadas. A partir del año 63, con el cierre de los estudios Metro, había tantos directores en Voz, con criterios tan distintos, que se empezaron a dar una serie de inexpliquables rotaciones entre los actores, haciendo que un actor de imagen conversase con su voz habitual en la misma película. Véanse los intercambios entre Peña, Calvo, Corsellas, Sansalvador, Cano, Rogelio, etc...
En Madrid, había una avalancha de estudios, cada uno con una serie de fijos contratados y otros que iban y venían. Las máximas figuras estaban en uno, dos o tres estudios a la vez pero no doblaban nunca en los estudios en los que no estaban contratados, aunque llegase una película de un actor al que habían doblado frecuentemente con anterioridad. De ahí que Acaso sólo doblara a Mitchum cuando las películas se doblaban en estudios en los que él dirigía, como S.E.S, Fono España o Arcofón. Si la película iba a parar -por ejemplo- a Chamartín, pues ya no era él, sino Guardiola o Baltanás. A Paul Newman le doblaba Baltanás o Ramírez según en qué estudios se doblase la película. Y así con todos.
Pero lo más importante es lo siguiente: el criterio seguido no era siempre \" a este actor hay que ponerle su voz habitual o siquiera la que mejor le vaya\". La política seguida era la de un \"rompecabezas\", en el que había que unir las piezas una por una.
Es decir, lo importante era utilizar a los actores de los que se disponía en plantilla y asignarlos a los actores de imagen según edad, tipo de papel y no lo olvidemos, importancia en los estudios. Si Gregory Peck hacía un papel de duro, se buscaba no que Simón Ramírez pusiese voz de duro, no, sino que el actor que tuviese voz más dura (de edad similar) fuese el que le doblase, por ejemplo, Baltanás.
Pero el escalafón casi militar en los estudios era definitivo, porque si no no se explica que Paco Sánchez ( extraordinario actor y director ) se autoasignase a Cary Grant en todos los redoblajes realizados en los estudios que le regentaba, Sago, cuando era evidente el desfase de edad y estilo y sobre todo, cuando contaba entre sus hombres a Carlos Revilla, voz mucho más adecuada para el actor inglés. Pero el director de unos estudios rara vez se conformaba con doblar a un secundario. Algo muy humano.
Lo que ningún caso hacía un director era salirse de sus estudios e irse a buscar a la voz más adecuada para el actor, salvo que se la impusiesen desde arriba, como por ejemplo Rafael Navarro para doblar a Heston en 55 días en Pekín.
En aquellos tiempos, repito, era mucho más dificil llevar la cuenta de quién había doblado a quién, al no haber internet ni video.
Por tanto, mi teoría es que -en doblaje. todo es relativo al estudio.
Hecho este flash-back, volvemos a la situación presente: ahora sí hay internet y video. Ahora se puede saber quién ha doblado a quién. De ahí que directores y clientes entren a esta página, lean el foro y sobre todo se miren la base de datos, que de repente se ha convertido en una especie de CV \"gratuito\" de los actores, elaborado con el esfuerzo de unos cuantos. Claro que cuando uno se mete en la base de datos para ver la voz de cualquier actor, de manera aleatoria, se da cuenta de que salvo contadas excepciones, todos los actores tienen más de 5 voces y así sigue siendo difícil elegir a una voz en base a un criterio objetivo de estabilidad.
Pero ahora al menos existe la oportunidad, gracias a esta página y la extraordinaria base de datos, de que la gente que toma las decisiones esté informada puntualmente del historial de cada actor y lo utilice por el bien del espectador.
Si por una vez el colectivo del doblaje estuviese unido y no nos dedicásemos a ponernos la zancadilla los unos a los otros, si por una vez no imperase en este mundillo \"La ley del silencio\"...a lo mejor el doblaje español podría superar su bache y recuperar el trono que otrora le perteneció por méritos propios y que hoy por hoy lamentable e indiscutiblemente ya no ostenta.
Por el bien de nuestra común pasión, abogo por nuestra unión.
Un abrazo a todos/as.
_________________ montalvo
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