Foros antiguos eldoblaje.com

Ayer disfruté de una buena tarde de cine en las salas Yelmo, en Vigo y debo decir que las instalaciones eran mil veces mejor que ciertos cines como Capitol, Callao, Palacio de la Música y unos cuantos más de la capital.
Punto uno: la sala tenía una pantalla inmensa y adecuada al tamaño del patio de butacas. De poco me sirve que en Madrid remodelen anfiteatros para hacer salas con pantallas de medio kilómetro, si me toca sentarme tan lejos que es como si viera la película en una televisión de catorce pulgadas.
Punto dos: los cines Yelmo tienen un increíble espacio entre fila y fila de butacas que muchos madrileños hemos olvidado ya y que recibe el nombre de \"pasillo\". Este permite que otro espectador me pase por enfrente sin necesidad de darme un baño de palomitas y fanta mientras me clava sus rodillas en ...bueno, ya me entendéis.
Punto tres: la entrada. En Madrid te atracan, aquí solo te hurtan. Es fantástico porque te llega el dinero para comprar palomitas, y me refiero a más de dos. Porque allí te las envuelven en preciosas cajitas de cartón llenas de nombres de marcas conocidas y logotipos del cine en cuestión, pero luego resulta que dentro no hay ni dos bocados. Y con los refrescos os digo lo mismo.
Y llegamos a la mejor parte: EL SONIDO. Quiero decir que aquí se oyen las cosas, se entiende a los actores, no ponen la película a 900 decibelios y dejan a la sala sufrir las ondas sónicas a ritmo de tambores y violines, capaces de desquiciar a cualquiera. Vamos, maravilla de maravillas.
Y encima, al salir, me regalaron una taza y una camiseta. Aprended los de Kinepolis, que mucha pantalla extragrande y mucha terracita carera con fuentes dentro del cine, pero a la hora de la verdad, las películas se ven fatal.
La sala de la que os hablo es funcional, es para disfrutar del cine. Ya era hora, caramba.

Bien contento que estoy desde que abrieron los Yelmo, en efecto Ya era hora de tener unos buenos cines por aqui, que en su día los Cine Box fueron toda una novedad, pero últimamente el trato de los trabajadores ya no era tan bueno como antes, y con el raro aire acondicionado que tenían allí la sala era de todo menos comoda.