¿Veis? Así se empieza. Aunque sólo sean palabras, son palabras llenas de odio, que fomentan el odio y enardecen los ánimos. Eso se inyecta en las mentes de los jovencitos imbéciles y malcriados. Esos cachorros sacan su furia que se incrementa día a día sin conocer límites. Y, en la búsqueda de su mayor gloria y heroicidad, llegan a poner bombas en lugares llenos de gente, repletos de sencillos ciudadanos cuyo delito es ser personas.
Cuánta ira, cuánto odio, cuánto desprecio sin control.
¿Y luego se piden derechos humanos para esa escoria? ¿Diálogo con esos despojos? ¿Hacer tratos con esos que no saben utilizar el diálogo? El que no se comporta como un ser humano, no merece ni el respeto, ni la consideración ni el diálogo de los que sí lo son.
Saludos a las gentes de bien.
_________________ El azúcar no engorda. El que engorda es el que la toma.
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