Dobaldor, como de costumbre, te doy las gracias por hacernos partícipes de tan interesantes reflexiones. No te preocupes, nunca es tarde para hablar de Cano.
Siempre me he preguntado si la enervante costumbre de intercambiar voces en Barcelona tuvo algo que ver con su decisión de marchar a Madrid. Como tú bien dices, ya no es el momento de entrar en detalles. No obstante, puedo llegar a comprender que un profesional del calibre de Manuel Cano, sintiese la \"necesidad\" de tener a una serie de actores como \"propios\" y que cuando éstos se le iban arrebatando o intercambiando, pues no le haría demasiada gracia. Es humano.
Tal vez para encontrar ese sentimiento de valoración por el trabajo realizado, hizo las maletas y emigró a Madrid. La pena es que al poco de su traslado a la capital, su voz empezó a perder frescura, a ser menos limpia, en otras palabras a seguir el proceso natural de \"envejecer\". Y al contrario que otros de sus compañeros, como Rogelio Hernández, Arsenio Corsellas, José Luis Sansalvador o Joaquín Díaz, que alcanzaron aún cotas más excelsas con el paso de los años, Manuel Cano ya no era el mismo. Tal vez por lo que tú dices, porque no quiso admitir que su nuevo timbre de voz se adaptaba mejor a otro tipo de personajes en las antípodas de los que había interpretado hasta la fecha. Siguió empeñado en doblar a galanes, o peor aún, redoblarlos y el desajuste era total.
Tal vez debiera haber seguido el ejemplo de Corsellas, que -sabiamente-asumió el cambio en su voz y pasó de doblar a galanes a doblar a tipos rudos, como Nick Nolte.
En estos momentos se encadenan en mi memoria distintas frases pronunciadas por Cano, distintos registros interpretativos.
El Stephen Boyd de Ben-Hur, destrozado en las cuádrigas, diciendo con una voz desgarradora \"El vendráaaa. Sé que vendráaaa. \" o a Heston-Navarro \"Aún queda bastante hombre en este cuerpo para que le odies.\"
El ya mencionado Maximilian Schell de Vencedores o vencidos, capaz de pasar en una sola frase de la más absoluta serenidad a una intensidad incalculable. \"Como alemán, me avergüenza que este tipo de cosas hayan podido suceder en este país pero he de mostrar mi más absoluta repulsa ante las tácticas mostradas por la acusación, al mostrarnos esos vídeos, en ESTA SALA, ANTE ESTE TRIBUNAAALLL. Los alemanes no sabíamos lo que estaba sucediendo, sólo unos pocos lo sabían.\"
O el Robert Redford, nunca igualado, de Dos hombres y un destino, con su manera de decir \"No sé nadar\" o el de \"El golpe\", \"Luther no me dijo que fueras un mamarracho. Me dijo que podía aprender mucho de ti pero te advierto que ya sé beber...\".
Podría seguir \"De aquí a la eternidad\" citando momentos mágicos de Manuel Cano. \"Se lo dije a Holmes y lo vuelvo a repetir ahora. No pienso volver a boxear. He colgado los guantes. Si queréis seguir machacándome, haced lo que os dé la gana pero yo tengo mucho aguante.\"
Aún en los 80 nos regaló Cano grandes papeles, como su recreación de Hanibal Smith en El equipo A, el Jack Nicholson de El honor de los prizzi o algún que otro Sidney Poitier. El último papel que le recuerdo de protagonista fue el James Caan de Misery, con una voz muy cascada. Y eso fue en el 90, o sea que los últimos cuatro años de su vida, se mantuvo al margen del doblaje. Murió aún joven, con 67 años.
Manuel Cano, con su talento y con su clase, se ha ganado UN LUGAR EN EL SOL.
Un abrazo.
_________________ montalvo
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