Creo que no debería de sorprenderme que despierte más interés esto que la enésima retahíla de estupideces de mi ex. Pero casi que lo agradezco.
Bueno, el caso es que esta chica la conozco yo desde hace años, a raiz de mi inefable grupo de primos de rincones lejanos del país, los cuales nos reunimos todos los veranos en Gandía, nuestra Las Vegas particular. Esta chica no es familia, pero como sus padres son íntimos de algunos tíos míos siempre ha estado con nosotros. Desde hace dos veranos mis primos no paran de decirme que está como loca por mí, algo de lo que yo normalmente nunca me doy cuenta, soy así de lerdo, pero no me lo dicen porque ella lo diga, sino porque su forma de ser conmigo la delata bastante. Cuando hace dos veranos me lo dijeron, yo mostré interés, porque además de que me cae muy bien y parece una tía cojonuda en lo poco que sé de ella, está como un queso.
Primer problema: Es una chica MUY MUY vergonzosa, de estas que les notas los nervios y la tensión en algunos momentos. Yo ante alguien así no sé cómo actuar, primero porque nunca sé si hay cosas que no me dice, como si le intereso y tal porque no se atreve, o porque no hay nada en realidad. Sumamos que eso le lleva a la dificultad de que hable de si misma, algo más profundo de cómo le va la universidad y esas cosas, lo que me provoca dificultad para tener confianza con ella y ser yo mismo sin construir con precisión las frases.
Segundo problema: Hace dos veranos, cuando me lo dijeron y yo puse interés, nos acabamos liando una noche. ¡Genial! pues sí y no. Tan sólo ocurrió en una circunstancia que me resulta confusa, porque ella de normal no bebe porque viene a vernos en coche. Esa noche la convencí de que la trajeran y que luego la acompañaba a casa andando y se pegara una buena fiesta, sin vernos a todos como cubas y sentirse aparte. Por supuesto me dijo que sí a la primera (¡ep! muestra del comportamiento que delatan que se fija en mí, por si sola no es nada pero vas sumando), así que esa noche, por supuesto, no iba tan nerviosa (que no borracha ¿eh? no soy de esos), así que cuando saqué mi artillería dió resultado. Sin embargo fue cosa de dos momentos en la misma noche, uno primero en que me puse hasta pesado, y una segunda en que ella me vino a buscar a mí con ganas de repetir. Llega el final de la noche, la acompaño a casa, y nos despedimos con dos besos de aquí no ha pasado nada, por no hablar de que ni en ese momento, ni NUNCA, volvimos a comentar lo ocurrido. Pero su actitud de fijación en mí nunca varió, ni cuando ella sabía que yo tenía novia. Lo que me hace dudar de si lo hizo por el momento, o si no se atreve a hablar de ello porque, ajá, vergonzosa. Y a mí me daba miedo mencionarlo por si, yo qué sé, le daba un ataque de nervios o algo.
Tercer problema: Vive en Madrid. Seguimos teniendo el punto común de Gandía, adonde va algún que otro finde con sus padres y a mí me pilla cerca, y aunque algo a distancia pudiera llegar a funcionar, su forma de ser hace que hablar por chat sea demasiado frío y correcto como para poder mostrar algo más que el "llevarnos bien", y si lo añadimos a mis constantes dudas sobre sus intenciones pues ya no sé cómo actuar.
Peliagudo ¿eh? También añadir que existe la posibilidad de dejarlo estar como hice la anterior vez, aunque en aquel momento tenía yo otras cosas en la cabeza y acabó apareciendo la arpía con la que ya me olvidé del tema. Ahora eso se acabó y mi interés ha resurgido por arte de magia. No sé si porque nunca ha dejado de gustarme pero pensaba en otras cosas, o si sólo es una espinita clavada de no haber tenido la ocasión de intentarlo de verdad.
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