Buenas noches, ante todo agradezco a los responsables de eldoblaje.com la oportunidad que nos brinda de dar nuestra opinión, anónima o no, para decir lo que pensamos actores, directores y admiradores de esta mágica profesión. Soy actor de doblaje desde hace algunos años y por suerte he pasado por todos los estadios de esta profesión. Desde asistir como oyente, las primeras convocatorias de ambientes con la boca seca, secundarios con los nervios a flor de piel, protagonistas (un poco más seguro) hasta la dirección, con una perspectiva un poco mas amplia. Conozco la profesión de Madrid y Barcelona y puedo decir que me he encontrado por el camino a grandes profesionales en las dos ciudades, algunos de ellos ahora son buenos amigos. Los actores de doblaje han vivido épocas de esplendor(digo "han vivido" porque no nací un poco antes y sólo me lo han contado), en las que se jugaba al póker en la sala de espera con una buena botella de güisqui, cobraban al día y algunas tenían chófer para ir a doblar a la estrella del momento. Eran sólo unos pocos. Se hacían sesenta takes por convocatoria (de seis horas), en la que compartían atril los actores mas experimentados con las jóvenes promesas. Después, dando un salto, llegó la televisión privada. Madrid apostó por ella y Barcelona por el treinta y cinco. Todavía se ganaban bien la vida. Las películas pornográficas no estaban tan mal vistas y los documentales no eran producto de segunda categoría. No había escuelas, excepto Salvador y los jóvenes con talento que querían dedicarse a esto no se encontraban con las puertas de los estudios cerradas para labrarse un porvenir. Esta profesión como tantas otras ha sufrido el proceso de la evolución, del "progreso". Nos ha traído cosas buenas, como las facilidades a nivel técnico(que haríamos ahora sin el código de tiempo y sin el "adelántaselo tres"), los arreglos para poder ir a tres estudios en una mañana y habrá alguna cosa más que ahora no se me ocurre. Pero también nos ha traído cosas malas, muy malas. Una de ellas es la ambición por parte de algunos empresarios que querían tener yate y mansión con vistas al mar y nos vendieron que había que bajar un 25%(un gran error, esas huelgas sirvieron para dividir la profesión). Otra, directores con el "si wana" que no han sabido defender su criterio, si alguna vez lo han tenido, aceptar una cantidad insoportable de takes por jornada o que desde producción se meta mano en los repartos si olvidar el amiguismo grupal tan descarado que tanto daño hace, entre otras cosas. Estamos, como el resto del país, en un momento de crisis. La crisis no ha afectado sólo a España, sino al resto del mundo. Crisis en muchos ámbitos. Y eso no es malo. No es malo, porque aunque sea duro de digerir sirve para provocar un cambio. ¿por qué hay países como Alemania o Francia que han sabido superarla antes que nosotros? SIn meterme en debates políticos, es porque se han puesto a pensar en buscar soluciones. Me niego a creer que no podemos salir de esta situación. Esta profesión tiene que evolucionar. El sistema pensado por nuestros predecesores estuvo muy pero que muy bien para ese momento concreto, pero está obsoleto. Y tenemos que asumirlo. Es el momento de que empresarios, actores y directores se sienten a hablar, a exponer sus ideas y buscar un futuro próspero para todos. Porque si no nos vamos a la mierda todos, ya que , aunque cueste creerlo estamos en el mismo barco. Hay modelos europeos de los que podemos adoptar ideas. Debemos hablar, exponer de forma clara hacia dónde queremos ir, empresas, directores y actores, mirar hacia delante con optimismo, no con derrotismo, Madrid y Barcelona sin excluir a Galicia, Valencia y Sevilla. Escoger representantes de cada una de ellos y buscar un modelo nuevo en el que todos estemos de acuerdo. La facturación cae por su propio peso, aunque me duela decirlo y por favor, no olvidemos el criterio artístico, no tomemos medidas irracionales como hacer un plante a la empresas con mas volumen de trabajo. Debemos mirar por nuestros intereses individuales, pero teniendo en cuenta al colectivo, porque al fin y al cabo, formamos parte de él. Por favor, que los buenos profesionales no se derrumben, que apuesten por sentarse a la mesa de la dirección, aunque ahora no se valore demasiado, al fin y al cabo es el mejor filtro de los mediocres. No me extiendo más, estoy muy cansado: pero ya que este post hablaba de Claudio, no quiero despedirme sin dirigirle unas palabras: a ti te va bien, te escucho en series, películas y en muchos anuncios. La envidia es otro de los cánceres para los que aún no hay cura y sobre todo se da en aquellos que saben que jamás podrán hacerlo tan bien. Es lícito que apuestes por lo que tú crees, pero por favor no olvides que la gente que ha llegado más tarde a esta profesión, aunque ahora sólo este sentada a la sombra en un sala aprendiendo de nosotros, también tiene derecho a una oportunidad, aunque sea un mal momento.
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