Sieglinde escribió:
No hablemos ya de las monstruosidades de traducción en "spanglish", traducciones literales del inglés que en español no tienen sentido. O las "históricas" ( en "Los últimos ares" repetían como loros "El zar de TODA Rusia", "La zarina de TODA Rusia", como si se pudiese ser zar de un trocito de Rusia, o de media Rusia, o de 3/4 de Rusia. Parece que el traductor no había sido capaz, no ya de leer historia, sino de ver la película "Miguel Strogoff" para saber que se trata de "El Zar de TODAS las Rusias" ( que, por cierto, eran "La Pequeña, la Grande y la Blanca", aunque no se decía en "Miguel Strogoff" ), lo que, no hace mucho, sabían hasta los niños más pequeños.
Por alusiones (soy el traductor). En textos históricos podrás encontrar tanto «zar de todas las Rusias» como «de toda Rusia». Había que escoger una de las dos y optamos por la segunda.
Sieglinde escribió:
Claro que en esa serie el traductor, el director y el actor se lucen en toda su gloria al hacer decir al Gran Duque Sergei: "La han cagado"... en el años 1894. Una patada le daba yo al traductor, al director, al ajustador y al actor, para que se dedicasen a poner ladrillos, a sus labores o a complicados cálculos matemáticos, eso a su gusto, pero bien lejos del mundo del doblaje al que están degradando hasta extremos inimaginables no hace tanto tiempo.
Te animo a ver la versión original, donde el registro también es más contemporáneo, lleno de «they fucked up» (ese «la han cagado» que tanto te chirría) y expresiones no pertenecientes al siglo XIX, sino a los XX y XXI, como puede ser por ejemplo en el Arturo de Guy Ritchie. Como traductor, debo respetar el original, y si el original es coloquial contemporáneo, ya puede estar ambientado donde y cuando esté ambientado, pero las licencias artísticas del guion hay que mantenerlas. Si tuviese un registro apropiado a la época, lo habría mantenido (como en
Harlots: cortesanas), pero como no, pues no. Tu problema no es con el director, el actor y servidor, sino con los responsables de la versión original.
Respecto a lo de que nos dediquemos a poner ladrillos y nos alejemos del mundo del doblaje y blablablá, prefiero no entrar, que tengo más educación que tú. Sin embargo, sí que me permito darte un consejo no solicitado, y es que antes de despotricar, te plantees si lo que tú consideras un pecado imperdonable es tal o sencillamente es algo distinto de lo que estás acostumbrado a ver. ¡Te ahorrarás disgustos!