Cuando pensamos en el doblaje clásico, tenemos muy claro de qué hablamos: los jóvenes Peña, Fábregas, Ovies, y un larguísimo etc. Sin embargo, existe una década, o década y media, en la que, por muy grandes actores que hubiera, galanes de la voz como Rogelio, Cano, o Dotú en los mejores momentos de su carrera, ocurre que asocio esos años a José Moratalla.
Cuando era pequeño se me quedó para siempre grabado por dos papeles concretos, en Érase una vez la vida y uno pequeñito en Mágica aventura. Su glóbulo blanco de Érase una vez la vida era más normal (pese a ser eso, un leucocito). En Mágica aventura, una peli de animación española, sí que le daba un tono histriónico que creo que le hizo muy popular. Insisto, le descubrí en sus últimos años, pero me interesa hablar de lo que hubo justo antes. A mí me dicen de niño que Tico y Gordo son la misma voz y me vuelvo loco.
No había comedia doblada en Madrid que no contara con su voz, incluso muchas españolas. Tampoco cortes publicitarios. Dentro de su amplísima trayectoria y de su gigantesco abanico de voces, da la sensación de que las marcas y los directores de doblaje, que conocían su trabajo desde que era un niño actor de cine, se dieron cuenta de que uno de sus muchos registros era ideal para aquel momento, que nadie más podía enriquecer una secuencia como él.
Y creo que ese momento acabó marcando una época. Por eso, lanzo esta pregunta, con el máximo cariño hacia este fabuloso actor y su familia: ¿Supuso Moratalla al doblaje lo que fue Alfredo Landa al cine?
_________________ El que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen.
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