bueno, ahora que las aguas han vuelto a su cauce, sí me apetece hablar del tema.
yo no he observado nunca ninguna reacción desagradable contra este colectivo -bueno, sí, este verano en Canadá, y por cierto que venia de gente sudamericana y no canadiense, hay que ver

-, por lo que no puedo decir que el agravio a este colectivo es
súpermegafuerte; (de hecho, en mi ambiente, es
súpermegaguay tener un amigo gay). pero me sorprende que haya a estas alturas que simplemente no pueda ver algo evidente: que la gente debe ser libre a escoger.
en este tema estoy muy sensibilizada, y desde luego soy categórica. básicamente poruqe a todos nos podría pasar, y no digo ya con la homosexualidad, sino con otros tabñues que restan en nuestra sociedad actual. pero al sexo, que es a lo que nos concierne. sinceramente, si yo mañana me levanto lesbiana, o bisexual, por lo que sea, no quiero encontrarme con que simplemente no tengo los mismos derechos que mi vecina. o que mis amig@s me miren se forma diferente (en ese caso habría que revisar la definición de amig@). en resumen, que es despreciable que un sector de la sociedad, en bloque, se niege a aceptar a otro sector de la sociedad. a estas alturas.
hay gente muriendo en guerras o en la calle de al lado, encarcelada, coja, que llora por sus penas o sufre por Jack Vahuer, y nosotr@s discutiendo el sexo de los ángeles -ui, de los hombres

-. pero desde luego hay algo que no soporto: que haya gente con la desfachatez suficiente de proclamar una libertad que reclama y que no otorga; y eso es sencillamente inconcebible.
por cierto, ya hace un par de semanas, supongo que por la fecha de publicación del primer post por lacasa, hubo un debate -más que un debate, un comentario entre simpatizantes del mismo color ideológico- en El Club, de TV3; y una periodista o escritora, que nunca me acuerdo de como se llama, dijo algo muy sabio, y en mi opinión, algo que puede desbaratar cualquier argumento que provenga de la iglesia -e incluso mucho más efectivo que el bonito, aunque y autocomplaciente, discurso de Zapatero-:
si un funcionario público alega que no aborta por principios y se acoge al código Hipocrático (o en este caso es el Deontológico?), no hará abortos, no solo a una sola persona, sino a nadie. y ahí no hay discriminación. pero si un funcionario público alega que por principios no casa a una pareja de homosexuales, no va a cassar a ÉSA pareja de HOMOSEXUALES, y no a cualquier otra pareja que seea hetero; y ahí sí cabría hablar de discriminación, por lo que todos sabemos que nuestro derecho cvili nos dice que todos somos iguales y que patapím, patapám. resumindo, que no se puede usar el \"principio moral\"para lo que a uno le venga en gana.
y luego hubo otro comentari, esta vez sí por una periodista en la misma discusión, que subrayaba la naturaleza algo distinta (de la que siempre he hablado) de los políticos catalanes cuando ponía un ejemplo convergente contra los opositores a la ley de parejas: que el Conseller de Sanidad en la época CIU´, católico practicante, contestó a la pregunta \"por qué ha aprobado usted la medida de la píldora del día desoués?\" con un \"cuando soy Conseller, lo soy para todos los catalanes, y no solo para los católicos que me han votado. y no, KJ, el Vaticano no les pagaría ni un duro si hubieran resueeestas administrativas contra los infractores; pero desde luego, como todos sabemos, el dinero no es lo más importante para la Santa Madre Iglesia.
Saludos!
pues eso, si un funcionario cobra dinero público, desde luego su función es servir a todos los españoles, y no solo a los que se corresponden con su \"moral\".