Vuelvo de las vacaciones y me encuentro con todo algo más calmado, políticamente hablando, ya que el estío ayuda a ello, claro que no significa que cuando empiece el curso de verdad volveremos a añorar tiempos más tranquilos.
Lo que preocupa de verdad a la ciudadanía es, entre otras cosas, la inacabable sequía que parece que si en un mes no acaba, va a provocar, por primera vez en muchísimos años, restricciones de agua en una gran ciudad como Madrid, que en tantos años residiendo en ella jamás había pasado algo parecido. Claro que con el cambio climático, que entre otras cosas ha provocado que huracanes tan mortíferos como el \"Katrina\" sean cada vez más devastadores (y los que quedan por aparecer), no extraña que pase esto.
Lo más curioso es que en la semana que he pasado en Catalunya, del 13 al 20 de Agosto, el tiempo allá ha sido diferente del todo con el de la capital española: todas las mañanas con cielo nublado, amenazando lluvia, puede ser que tormentosa (uno, que ha nacido allá, conoce bien cómo se las gasta el tiempo, más húmedo que en la Meseta). Y en algunos momentos cayó una buena tormenta.
Y hablando de tormentas, mientras que en Madrid la Prensa está siempre que parece estar con permanente y eterna mala uva, según sus titulares, en Catalunya no pasa lo mismo. Por ello, para ver las noticias en televisión durante mis vacaciones barcelonesas, prefería ver TV-3 ó su canal informativo 3/24, un CNN a la catalana. Al menos no sentía yo ese mal rollo que me fastidia a veces.
Bien, así pude ver el emotivo funeral por las víctimas del desgraciado accidente de helicóptero en Afganistán, que aunque algunos interesados intentaban buscar que había sido por ataques de los talibanes y no por un simple fallo humano. Ni siquiera se atrevieron a montar el espectáculo los mismos, de un partido u otro, que antes lo hicieron cuando el funeral por las víctimas del incendio de Guadalajara (con el Rey y la cúpula militar allá presente hubiera sido harto grosero e indigno).
Y lo de la increíble demora en el rescate de las víctimas perdidas por la inundada Nueva Orleans, ya se califica por sí mismo: Bush hubiera ido antes si allí peligrara \"su\" petróleo. Ya ven cómo es de eficaz éste hombre cuando ocurren catástrofes así.
Ojalá aquí no tengamos catástrofes naturales semejantes, referente a que nos hace falta agua ya. Que la época más temible para la llegada de las lluvias es cuando arriba el otoño; ya hemos tenido catástrofes como las del Vallès catalán (1962) ó las de Valencia (1982).
Buena vuelta a la vida de siempre a todos/as.
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