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En \"EL PERIÓDICO DE CATALUNYA\" leo varios artículos de dos colaboradores habituales, Inocencio Arias y Ramón De España, contestando a la decisión del Presidente de la Generalitat de Catalunya, Pasqual Maragall, de integrar a Catalunya en la francofonía, digamos. Más ó menos la calificaron de error, de que la cultura francesa es algo anticuado, sin sentido hoy en día, aburrido, ante la pujanza del inglés y lo anglosajón. No estoy de acuerdo, lo que pasa es que quizás nuestro país vecino no ha sabido evolucionar con la rapidez que sí lo han hecho otros países, pero hay tanta voracidad en esto de la globalización mal entendida que también pasa que todo lo que no provenga de los Estados Unidos es algo anticuado, aburrido, pedante, sobre todo si es algo cultural y que provenga de Francia. Inocencio Arias alude a que antes en Francia había gente como Alain Delon y Edith Piaf y que ahora ya no la hay, cierto, pero una época nueva no tiene que ser una copia exacta de la anterior. Los Gérard Depardieu, Les Negresses Vertes y demás de la Francia actual son diferentes, tienen su forma de ser. La llamada \"excepción cultural\" se utilizó mucho a la hora de defender el cine europeo al acoso del americano, y aquí se vio eso como una muestra de chulería, prepotencia y soberbia de parte del cine de nuestro continente. Al principio yo pensaba igual, pero el cine europeo supo evolucionar a tiempo; lo que ocurre es que el público prefiere cosas que si se salen del cine de buenos y malos, persecuciones, tipos duros y musculosos y chicas guapas, pasan de ellas. Claro que cuando ven cosas que les interesan de verdad, van a verlas, como \"AMÉLIE\", curiosamente una película que no tenía nada de lo indicado anteriormente. Quizás por que no era una película intelectual ni sus personajes van de sabelotodos, algo que repele al gran público. Yo busco en la cultura francesa una calidad, una forma de ver la vida que ya degusté de niño, cuando mi madre escuchaba las canciones de Brassens, Brel y la Piaf. Yo aprendí a apreciarlas, aunque no aprendí francés hasta hace poco. Todos los que amamos ésta cultura no es por petulancia, ni por pedantería ni por llevar la contraria. Sé que a gente como Arias les repele la cultura pretenciosa, pseudo-intelectual y pedante, pero en la francesa aun hay resquicios para la inteligencia, no para el arte que sólo sirve para tomar el pelo a la gente. Sólo se fijaba él en esto, en que movimientos culturales como la \"Nouvelle Vague\" al principio era un movimiento que daba un aire nuevo al cine y luego se volvió un reducto de gente egocéntrica que encima atacaba y ninguneaba a todo aquel cineasta que tuviera la osadía de hacer algo distinto, como Vittorio De Sica, el padre del Neorrealismo italiano, defendido por Orson Welles, otro maestro del Séptimo Arte al cual adoraban los de la \"Nouvelle...\". Quedémonos con lo mejor de éste movimiento, no con lo peor. Ah, y como tengo amistades que califican la lengua francesa de \"afeminada\" (he utilizado un eufemismo, pues me dijeron algo peor), cada idioma tiene sus peculiaridades, que lo hacen diferente y con personalidad propia. Depende de cómo lo hable cada uno/a, que para hablarlo, no hace falta poner una pronunciación cursi, como hacen con el inglés británico (en tono afectado) ó con el inglés americano (pronunciando las erres como si maullaran). Aprender un idioma nuevo ó una cultura nueva no es perder la propia identidad.
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