\"UNA CASA DE LOCOS\", un año en otra ciudad
Me he permitido tomar \"prestado\" el título de una película de Vincente Minnelli, \"Dos semanas en otra ciudad\", desarrollada en Roma, como ejemplo para ésta película cuyo título original, como pasa en muchas ocasiones, no tiene que ver con el español. Es \"L'auberge espagnole\" (El albergue español ó La pensión española). Su director es Cédric Klapisch, que se dio a conocer con \"Como en las mejores familias\", buena adaptación de una aguda obra teatral. Todo empieza cuando el joven parisino Xavier (Roman Durys), un chico con un caos mental enorme, quiere entrar a trabajar en un Ministerio, pero se le exige conocimientos de español, de la Economía española, y por ello acepta una beca Erasmus para estudiar en la capital catalana. Su novia Martine (Audrey Tautou, recién salida de \"Amélie\") no acepta bien la marcha de su novio a mil kms. de distancia. En el avión conoce a un matrimonio francés, Jean-Michel (Xavier De Guillebon), un médico que trabaja en el barcelonés Hospital del Mar, y su esposa Anne-Sophie (Judith Godreche), que le acogen en casa mientras busca alojamiento. Lo encuentra en una pensión sórdida y vieja donde lo ha de compartir con varios jóvenes de varias nacionalidades. El médico le dice que acompañe a su mujer a conocer la vida barcelonesa, en la que Xavier parece adaptarse rápido, para que no esté siempre en casa. Pero no preveía el médico que su mujer y el chico acabarían teniendo algo más que una simple amistad... Por otro lado, Martine, harta de que Xavier no le llame mucho, corta con él. Ello le sume en una depresión. Mil peripecias para una original película que aprovecha el ambiente inigualable de Barcelona, aunque como ocurría en la película mencionada de Minnelli con la inmortal Roma, a veces cae en la pura tarjeta postal, sin profundizar en la auténtica idiosincrasia barcelonesa más allá de cuatro anécdotas puntuales, como la discusión de varios estudiantes de Economía extranjeros con el Profesor de la materia, ya que él da las clases en catalán y ellos no dominan la lengua de Salvador Espriu. Pero el sabor de boca que deja es excelente, ya que es ante todo una película honesta, fresca, que no ves nada más que autenticidad. Además, los diálogos están en varios idiomas, lo que ayuda a esa autenticidad. Y Xavier, con su caos mental antes mencionado, vive perfectamente todo el crisol que vive en la capital catalana. Klapisch ha estrenado una segunda parte de ésta misma historia, \"Las muñecas rusas\", con muchos de los personajes de la primera, en la que se les ve a todos cinco años después, pero con los mismos problemas existenciales. Ésta vez la acción va entre París, Londres y San Petersburgo. Una manera de cómo los franceses saben ver lo de la vida entre trascendente y aparentemente sencillo.
UNA CASA DE LOCOS: * * * *
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