Es lógico y natural que la muerte de una estrella (sea del cine, de la música, del doblaje, de lo que sea) provoque pena.
No resulta tan traumática como la de un familiar o amigo, porque éstas, al ser personas cercanas y de trato más o menos frecuente, hay lugar a realmente echarlas de menos. Como la mayoría de la gente no tiene familiares o amigos cuyo trabajo quede grabado en un DVD, video o CD, sólo nos queda la memoria para hacer frente a esa pérdida. Si queremos que esa persona nos dé lo que solía darnos, nos tenemos que fastidiar porque ya es imposible, porque ya no está ahí.
En el caso de una celebridad es distinto. En la mayoría de los casos \"sólo\" la conocemos por su trabajo...y mientras haya TV, DVD, video, etc, de su trabajo vamos a poder disfrutar siempre que queramos. Esa es la magia de ese tipo de trabajo. Que perdura para siempre. No muere. Por eso, se puede decir que las grandes estrellas nunca mueren. Y por eso algunos pensamos que no deberían morir nunca. Porque nos han hecho tan felices y son tan atemporales que creemos que por ellos no pasa el tiempo...cuando lamentablemente el tiempo no hace ni una sola excepción. Es escalofriante pero así es. No importa lo bien o lo mal que lo hagamos en esta vida, el tiempo nos acabará pasando factura a todos.
Supongo que el truco en esta vida es retrasar ese momento todo lo posible y hacer con ese privilegio que nos han dado, el de vivir, todo lo que podamos, lo mejor que sepamos. Que cada uno a nuestra manera (diferente la una de la otra) contribuyamos a que nuestro entorno sea mejor. Misión en apreciencia sencilla pero que requiere de voluntad, paciencia y talento.
Y el entorno de influencia de un actor o actriz es- qué duda cabe- enorme porque influyen en las vidas de gentes en otros continentes, personas que nunca se han cruzado en su camino. Se supone que todos los que frecuentamos este tipo de páginas es porque tenemos una pasión, es porque somos capaces de sentir cosas por el trabajo de grandes profesionales o genios (como se les quiera llamar), cosas que no todo el mundo es capaz de ver o de sentir. Otros lo sienten con otro tipo de cosas, algunos no sienten pasión por nada, nosotros somos afortunados, a nosotros nos hacen vibrar los pequeños detalles.
Hay que pensar que a veces habremos pasado muchas más horas viendo a una determinada \"estrella\" u oyendo una determinada voz, que el tiempo que habremos pasado con un buen amigo o con un familiar, sobre todo para los que vivimos en ciudades que no son las de nuestro nacimiento.
Katharine Hepburn o Gregory Peck, las dos estrellas más recientes que nos acaban de dejar, se han ganado a pulso un lugar en nuestro corazón, con su talento, con su personalidad, con su simpatía, con su encanto. Katharine Hepburn siempre rompió moldes, con su forma de vestir avanzada para su época, con su mentalidad independiente. Gregory Peck llevó una vida ejemplar, con los avatares típicos de cualquier mortal (como un divorcio o el suicidio de uno de sus hijos) pero parece que fueron personas cuyo talento no se limitaba a la pantalla, como desgraciadamente le ha sucedido a muchos otros.
Como decía Peter Ustinov acerca de Stewart Granger en la que -para mí- es la película más emotiva de la historia (Beau Brummell): \"Lo importante no es como alguien acaba sino cómo influyó en el alma de los que le conocieron y él nos hizo a todos ser mejores personas\".
Si todo el mundo siguiera el modelos de estos dos \"monstruos\", en vez de los modelos que se siguen hoy en día, otro gallo cantaría en este mundo.
GRACIAS GREGORY PECK!!!
GRACIAS KATHARINE HEPBURN!!!
Para mí, nunca moriréis.
_________________ montalvo
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