La elección de Sansalvador para doblar a Connery en esta película es uno de esos buenos ejemplos de algo que a veces he defendido: en ocasiones, que un actor tenga un par de voces habituales puede ser positivo, si el director de doblaje sabe con qué personaje puede encajar mejor una u otra. Lo comenté sobre la dualidad JAVIER DOTÚ/ANTONIO GARCÍA MORAL en el caso de KEVIN SPACEY, y aquí fue otro magnífico ejemplo.
En efecto, el incondicional de Connery/Corsellas tuvo motivos para cabrearse cuando fuera a ver el estreno de este film. ¿Por qué cambiar algo que funcionaba, siendo además Corsellas un genio a esas alturas de su carrera? Y sin embargo, la apuesta de Rogelio Hernández se ha llevado el premio con el tiempo. En efecto: la elegancia de Sansalvador encajaba mejor con el personaje de Guillermo de Baskerville; ya acuñamos una vez, ¿no, Montalvo?, la expresión de que la voz de Corsellas, en su madurez, se había \"proletarizado\"... vamos, que le iba como anillo al dedo a un Nick Nolte.
Luego, sin embargo, llegó el caos: Sansalvador repitió algunas veces más (recuerdo LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL EDÉN), de pronto se llamó a DIONISIO MACÍAS (excelente actor, pero que no encajaba con Connery en absoluto), en algún caso se hicieron apuestas disparatadas (CLAUDIO RODRIGUEZ para LA ROCA, o ese actor que lo destrozó en SOL NACIENTE...)... y luego todo volvió a su cauce, con CORSELLAS (que, a todo esto, repitió algún trabajo memorable, como LA CASA RUSIA).
Pero cuánto hubiera dado porque Sansa hubiera seguido doblando al bueno de Sean...
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