Hola, llorca. Ayer vi también esta película, o mejor dicho la sufrí. Por eso, más que hablar del doblaje (PEDRO MOLINA estaba tan bien como siempre), no puedo resistir tratar de comentar mis impresiones sobre «esto» que vi, por si a alguien le sirve o lo comparte.
Porque ¿de qué trata la película?
Pues bien, he aquí a un tipo que lucha como Dios, siempre con cara de estar enfadado, alineado en el bando de los buenos pero proscrito a ojos del resto del mundo, que ha perdido la memoria y al que interpreta HUGH JACKMAN: no, no es Lobezno; es... ¡¡¡Van Helsing, la creación de Bram Stoker!!! (o eso nos aseguran). El agrio trabaja para un grupo secreto que maneja gadgets a porrillo, pero no es James Bond, que no, que es Van Helsing (aunque en un momento determinado aparece un trasunto de Q, un monje con habilidades para los artilugios que no tarda en quedar ascendido al papel de gracioso de la función). Ese grupo secreto es nada menos que una sección oculta del Vaticano, cuya misión es erradicar el Mal del mundo… el Mal encarnado por los monstruos de toda la vida (en su primera aparición en pantalla, Van Helsing acaba con el mismísimo Mr. Hyde —en Notre Dame de París, que queda más chulo—; poco antes había aparecido en pantalla el Dr. Frankenstein, al que no tarda en cargarse Drácula, poco después se darán un garbeo varios hombres-lobo y como colofón aparecerán unas criaturas malignas que esperan su alumbramiento en ominosas bolsas de aspecto más bien baboso muy parecidas a las de los aliens.
Pues bien, esto es lo que cuenta la película: lo que en los años 40 fueron los entrañables «cócteles de monstruos» como LA ZÍNGARA Y LOS MONSTRUOS o FRANKENSTEIN Y EL HOMBRE LOBO), películas flojas pero divertidas, con modestia y sin pretensiones, en el Hollywood multimedia de ahora da pie a una superproducción fea y ostentosa, muy ostentosa, concebida por Stephen Sommers del mismo modo que sus previas MOMIAS, aunque en plan más tenebrista: todo es oscuro, muy oscuro: los malos, los buenos, los escenarios, las noches, los días… A eso Sommers le llamará PROFUNDIDAD DRAMÁTICA.
No quiero parecer un purista, pero precisamente porque creaciones como las de BRAM STOKER nos pertenecen a todos, operaciones como estas deberían evitarse si luego no van a tener nada que ver con el personaje salvo el detalle de que también caza a Drácula. Después de todo, son pocos los que van a ir a verla por el nombre del personaje, sino por el tráiler o las noticias. ¿Por qué entonces empeñarse en irritar a quien considere a Van Helsing un personaje más digno que esta patochada? Es como si alguien utilizara el nombre de SHERLOCK HOLMES para enfrentarlo a Freddy Krueger o a Jason…
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