Hola, Montalvo. Sobre el posible tema de las voces sobrevaloradas, pues también creo que más de uno se lo tomaría como afrenta personal (porque eso de que opinar es subjetivo... pues también es subjetivo, parece ser, y valga la redundancia). Yo sólo digo que, del mismo modo que no parece mal tachar de genios a quien nos parezca, pues tampoco debería molestar la crítica. Nunca es personal, y desde luego menos de quienes no tenemos nada que ver con la profesión.
En esa lista, ciertamente, habría que distinguir entre SOBREVALORADOS y MALOS MALOS. Me explico, y doy el ejemplo que tú me adivinabas: JORDI BRAU. Confieso que ha habido épocas en que no aguantaba los doblajes de Brau (sobre todo cuando tenía que doblar a alguien que chillaba o sobreactuaba: y pongo como ejemplo una película que han emitido hoy, \"Vuelve el padre de la novia\", donde Brau doblaba a Martin Short con un tono tan engolado y \"gracioso\" que, por mucho que se me jure que así lse hace en el original, yo no aguanto).
Ahora bien, y quizá a fuerza de escuchar docenas y docenas (ya serán cientos) de películas de Brau, pues tengo que decir que al menos me he acostumbrado (siempre que no doble a chillones, insisto). Y en ese bote yo incluiría también a Nuria Mediavilla, a Daniel García, a José Posada, a Sergio Zamora y a algunos otros de los que surgieron en los 80.
Ahora bien, entre los MALOS MALOS (o por suavizarlo, a los que yo preferiría en películas que no voy a ir a ver) están esa increíble cantidad de voces que yo llamo NEUTRAS, por no decir monocordes, intercambiables y que se separan completamente de la imagen: hay muchos pero sólo voy a poner un ejemplo. Cuando vi \"El diario de Bridget Jones\" me quedé helado al escuchar a Colin Firth: su voz no encajaba en modo alguno con el actor ni con el resto de compañeros de doblaje (compararlo con un Pep Anton Muñoz que a estas alturas podría doblar a Hugh Grant con los ojos cerrados era sangrante). Firth demandaba a un Bernal o a un Molina, pero eligieron a Eduard Farelo que, lo siento, no me parece adecuado para este trabajo.
Es mi opinión, por tanto, y espero que nadie lo vea como un ataque (aunque comprendo que pueda repatear a quienes piensen justo lo contrario que yo).
Y es que, ahora que estamos haciendo listas, sigo creyendo que comparar el doblaje de ahora con el de los 50-60 lo deja a las claras: en aquellas películas no sobraba una sola voz, ni la del extra con una sola frase. Todavía no he leído una sola opinión negativa hacia los Peña, R.L. Calvo, Ovies, Cano, R. Hernández, J. Díaz...
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