Hay que tener en cuenta el contexto en que Jordi Brau se convirtió en la voz habitual de esos diez actores que tú señalas y en la voz ocasional (a veces, en bastantes ocasiones) de muchos otros. Es la década de los 90, en que, por razones supongo empresariales que se me escapan, el 80% de las películas (y no creo exagerar, podría ser más) eran dobladas en los estudios barceloneses. Ir al cine en esa década era escuchar una y otra vez a los actores de Barna, en la última época además en que todavía había "jerarquías". Es decir, que los mismos solían repartirse los personajes principales, incluso los secundarios principales, por edades y quedaba un grupo numeroso de actores que "rellenaban" repartos, algunos de los cuales ascenderían tiempo después.
El caso de Jordi Brau es, en efecto, excepcional. No sólo es que se hiciera con número tan grande de estrellas, sino que Brau solía ser la elección habitual cuando llegaba a Barcelona algún papel "distinto" (algunos de los primeros papeles de animación Disney dobladas en Spain como en "La bella y la bestia" o "Pocahontas") o un actor de pronto destacaba con una película estelar, aunque no le hubiera doblado antes (fue el caso de Roberto Benigni en "La vida es bella") o cuando un actor con una voz habitual previa cambiaba de registro, forzando la voz (Harvey Keitel en "El piano", Brad Pitt en "Kalifornia", Jeff Daniels en "Dos tontos muy tontos" y siguientes), o se decidía un cambio de asignación habitual, aunque fuera por pocas películas (Matt Dillon, Bill Murray). Está claro que en determinado momento, los directores de doblaje de Barcelona lo consideraron el intérprete más versátil disponible y actuaron en consecuencia. Que fuera comodidad, pereza o acierto queda a juicio de los espectadores.
Es por tanto muy claro que Brau fue la gran estrella del doblaje barcelonés de los 90, parte de cuyo brillo todavía mantiene aunque ahora las circunstancias sean otras. Si fue casi imposible escucharlo en algún secundario (por ejemplo, Philip Seymour Hoffman en "El talento de Mr. Ripley", una de sus mejores interpretaciones)...
Ahora, es evidente que fue (es) un tipo de actor (y un tipo de voz) sin nada que ver con el tipo que antes se hubiera hecho del modelo de actores (galanes jóvenes protagonistas, en su mayoría) que interpretó. La voz de Brau era (supongo que sigue siendo, aunque ahora escucho poco doblaje) metálica, de "hilo" muy delgado y tono bajo (fue uno de los actores que hizo del susurro una marca de estilo) que de pronto cambiaba a esos característicos gritos agudos, con tendencia a lucir camaleonismo (en su momento hubo quien defendió en el foro que tenía mil y un registros). Yo siempre pensé que hubiera sido ideal para villanos templados pero inquietantes, poco dados a explosiones y, sobre todo, sobrios (francamente, creo que esas súbitas oscilaciones del tono de voz no eran lo suyo: con los actores proclives al desmelenamiento siempre he pensado que pegan voces más flexibles y sonoras como un Rogelio o un José Luis Gil).
En los 60-70, esos papeles los hacían Corsellas y Sansalvador, o Cano-Rogelio si eran más jóvenes. Voces de un timbre muy diferente, e incluso de un estilo interpretativo diferente. Brau fue casi el adelantado del cambio de tendencia en la interpretación del doblaje. Con él se produjo en Barcelona un cambio de generación de voces jóvenes a finales de los 80: es el momento en que surgen, con él, los hermanos Posada, sobre todo Luis, Daniel García, Pedro Molina o Juan Antonio Bernal, que en los 90 también van a tener su época dorada (tal vez Bernal fue el que más tardó en consolidarse como estrella, aunque a algunos nos pareciera el mejor de todos).
Y, por cierto, el caso de Jordi Brau tuvo, en la misma época, un correlato femenino en la persona de NURIA MEDIAVILLA, yo creo que aún más radical porque se hizo cargo "oficial" de más actrices estelares de los 90: Winona Ryder, Kate Winslet, Juliette Binoche, Cameron Diaz, Helena Bonham-Carter, Jennifer Lopez, Uma Thurman, Drew BArrymore, Marisa Tomei, Jodie Foster desde mediados de la década, Rachel Weisz... por no hablar de que a muchas otras no exactamente habituales las dobló más de una vez.
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