La repentina pérdida de Luis Martín Carrillo es motivo de tristeza para cualquier amante del doblaje español de calidad, pues él representaba como nadie la transición entre el doblaje clásico y el moderno, aunando lo bueno del uno y del otro. Su voz de porte clásico en su juventud e incluso madurez consiguió una envidiable simbiosis con actores de la era dorada del cine. El parecido del timbre de su voz con el original de Spencer Tracy era asombroso y tanto él como Celia Honrubia con Katharine Hepburn lograron que los doblajes tardíos de algunas de sus películas tuviesen la credibilidad necesaria y el encanto propio de los doblajes de antaño. Sencillamente, Carrillo era Spencer Tracy (como antes lo habían sido Muñiz y Ovies, en quienes él reconocía haberse inspirado).
Su voz no era, evidentemente, la de un galán en la línea de un Manuel Cano o Simón Ramírez y por ende, 'sus' actores eran otros. Ante todo, Don Luis Carrillo era un actorazo, capaz de meterse en la piel de quien le pusieran por delante. Recuerdo, por ejemplo, su gran doblaje de Paul Henreid en "La cicatriz", un doblaje ochentero que, a falta del original con Felipe Peña, conseguía enganchar gracias a su carisma y buen hacer. También recuerdo con mucho agrado el redoblaje de "Pandora y el holandés errante", en la que él y su mujer, la exquista María Dolores Díaz, conseguían que James Mason y Ava Gardner tuvieran, no digo el encanto de José María Ovies y María Victoria Durá en el original, pero sí la personalidad suficiente como para creerse esos personajes de una de las historias de amor más bonitas de la década de los 50. Los dos formaron pareja muchas veces ante el atril y su química era evidente, como en "Furia", en la que ahí sí la simbiosis entre Tracy-Carrillo, Sylvia Sidney-MD Díaz era de 10. Creo que fue uno de los primeros doblajes en que los oí y se me quedaron marcados para siempre.
Sus capacidades dramáticas relucieron con especial brillantez en el 'redoblaje bueno' de Ricardo III. Don Luis estaba excepcional en ese papel tan difícil y es una lástima que no se doblase entero y se eliminasen algunas de las voces en off del personaje en la primera mitad de la película. Del drama a la comedia, como bien apunta Quique, como Peter Sellers estaba genial, tremendamente divertido (y eso que tenía la difícil papeleta de hacer olvidar a Simón Ramírez). También en esa línea resultaba muy creíble y entrañable como Jean-Paul Belmondo, convirtiéndose en una de sus mejores voces.
Michel Piccoli, el gran y longevo actor francés, también tuvo el privilegio de contar con su voz en "Mado", y a pesar de ser un doblaje casi una década posterior a su estreno, apenas se notaba en lo que a su interpretación se refiere. Y es que él tenía esa difícil habilidad de saber captar la forma de decir de las épocas anteriores y plasmarlo en el personaje.
No me gustaría dejar de destacar su excepcional trabajo como Colombo, poquísimas veces mencionado. Para mí, él fue él único que supo tomar el relevo de Jesús Nieto en ese personaje. Sus doblajes para Tele 5 del del Falk mayor eran una delicia en lo que a él se refiere y además se le entendía perfectamente (cosa que no era el caso de su predecesor). Un gran trabajo y endiabladamente complejo además, del que la mayoría salieron mal parados. Él tenía el don de hacer que lo difícil pareciese fácil. Es el don común a los maestros, a los genios. Y él era ambas cosas. Y no parecía darse la mayor importancia.
Cuentan que Don Luis era muy exigente como director. Yo no puedo corroborarlo ni desmentirlo, aunque sí puedo decir que quien aspira a un trabajo de calidad y quien es exigente consigo mismo como él lo era, es normal y lícito que espere lo mejor de los demás también. Y puedo dar fé de lo exigente que era consigo mismo ya que, gracias a Javier Valdés, tuve el privilegio de poder verle en acción hace algo menos de un año y doblando nada más y nada menos que a Michael Caine. Cuando ya parecía imposible volverle a oír con su voz, pues si mal no recuerdo su último doblaje de este actor databa de "Educando a Rita" en 1984, el señor Valdés tuvo el buen criterio de rescatarlo, como había hecho durante todo el año pasado, y brindarnos la oportunidad de tener lo que ahora se confirma como su último papel, su despedida del mundo del doblaje. ¡Y qué forma más grande de despedirse del doblaje que con un doblaje de Michael Caine! Un actor al que aunque sólo fuera por su soberbia composición de "El hombre que pudo reinar" nunca debió dejar de doblar en Madrid.
Ante el atril, Don Luis era exigente y meticuloso. Él mismo sabía cuándo debía repetir un take y no porque no lo hubiera hecho bien sino porque sabía que lo podía hacer aún mejor. Para él volver a doblar a Michael Caine era todo un acontecimiento y era consciente de la responsabilidad que ello conllevaba. Y a pesar de una década de injusto ostracismo, que habría continuado de no ser por Javier Valdés, seguía 'en plena forma', dentro de las limitaciones propias de la edad, lógicamente. Oírle, por ejemplo, decir 'a los cretinos como tú me los meriendo con patatas' era toda una gozada.
Si por su trabajo como actor de doblaje ha dejado una huella imborrable, para mí además quedará en la memoria como un caballero, educado y amable. Siempre que me veía en el estudio me decía 'hombre, Jorge, me alegra verte por aquí'. Tuve la fortuna de poder intercambiar impresiones con él sobre la época dorada del doblaje y me contó algunas anécdotas muy jugosas tanto profesionales como personales, las cuales me dejaron bien clara su calidad humana, aunque lógicamente no siempre pueda llover a gusto de todos y en toda profesión haya conflictos. Una persona de las de antaño, de las que van quedando menos, y que espero algún día los valores por los que la sociedad y el doblaje se rigen hoy en día puedan volver a enderezarse para que vuelva a primar la calidad y la excelencia y no la mediocridad.
Don Luis Martín Carrillo o simplemente Luis Carrillo, descanse Usted en paz. No le olvidaremos. Mis condolencias a su mujer, María Dolores Díaz, a su hijo Luis Manuel Martín y a todos sus allegados.
_________________ montalvo
|