El pasado mes de noviembre tuve el placer y el privilegio de conocer en persona a Carlos de la Calle, nieto de Pedro Yáñez. Estuvimos charlando un par de horas de forma muy agradable y amena y tuvo a bien traerme unas libretas que su abuelo había ido anotando a mano desde el año 1933 hasta 1947.
Ha sido una labor titánica pues he tenido que ir analizando título por título, comprobando fecha de estreno, distribución, etc, pero finalmente he logrado introducir todos los datos que venían incluidos en dicha libreta. Y ello nos da una idea mucho más ajustada de lo que fue Pedro Yáñez dentro del panorama del doblaje español clásico. Poco sabíamos de él hasta hace poco. Yo conocía su nombre del libro de Alejandro Ávila y sabía por comentarios de Félix Acaso que había doblado a George Raft. Fue cuando conseguimos entre unos cuantos recuperar el doblaje original de "Sangre sobre el sol" en 16mm, que me dije que esa voz que doblaba a James Cagney tenía que corresponder al mítico Pedro Yáñez. Y en efecto, así era. ¡Qué gran doblaje y qué gran simbiosis consiguió con el pequeño pero gran actor", con una forma de decir muy personal y única. Pero Yáñez no se limitó a doblar a Raft o a Cagney, no. Ya en los años 30 comenzó su andadura en doblaje siendo una rutilante estrella.
Durante la segunda mitad de 1933 dobló a las órdenes de Hugo Donarelli en Roma, donde sorprendentemente se doblaron películas en español. De ese período destaca su doblaje a Douglas Fairbanks Jr en "Su última pelea". En cuanto Don Hugo se vino a España para fundar los legendarios estudios de Fono España en Madrid a finales de ese año, Pedro y muchos otros actores españoles se vinieron con él, unos de Roma, otros de París. Y fue entonces cuando empezó el festival. Se convirtió en la voz fija de Spencer Tracy en los títulos Fox doblados en esos estudios. Hollywood conquistado, El poder y la gloria, María Galanta, Noches de Nueva York, La nave de Satán, etc. También era la voz fija de un actor poco conocido ahora pero entonces destacable, James Dunn. Dobló nada menos que al fabuloso Edward G. Robinson en "Pequeño gigante", nuevamente a Douglas Fairbanks en "Capturados", al incomparable James Cagney en "El guapo" y "Por el mal camino", a Paul Muni en "¿Qué hay, Nellie?", a Lew Ayres en "La lotería del amor", a César Romero en "Velada de ópera", a Andy Devine en "A través de la tormenta" y un largo etcétera.
Entonces llegó la Guerra Civil y como ya se apuntaba en aquel estupendo artículo que Moses tuvo a bien compartir aquí, Yáñez desapareció del doblaje. Y no sólo durante la contienda, sino hasta finales de 1943. Y tras siete años de parón volvió por la puerta grande volviendo a doblar a Spencer Tracy en otro título Fox, "El explorador perdido". Y es que era uno de los "niños mimados" de Donarelli, y no sin razón. Su estátus seguía intacto, a pesar de la fulgurante presencia de Víctor Orallo, el galán por excelencia de aquellos años, el casi debutante Francisco Sánchez (el gran Paco Sánchez) o Enrique Pelayo (quien también entró con gran fuerza asentándose como voz de Tyrone Power). Y durante los años siguientes fue cuando comenzó a doblar a George Raft (Robé un millón, Broadway, El capitán Angel), retomó a James Cagney en la citada "Sangre sobre el sol", dobló a George Murphy en "La calle 44", "Gente alegre" y "Su majestad la farsa", a Peter Lorre en "El castillo de los misterios" y "La ninfa constante", a Edmund Gwenn en "Enviado especial", a Anthony Quinn en "Unión Pacífico", a Bob Hope en "Ruta de Marruecos", "Ruta de Singapur", "Fantasía de estrellas" y "Mi rubia favorita", a Robert Walker en "Desde que te fuiste", a Donald O'Connor en "Un hombre importante" o a Myron McCormick en "Un tercio de una nación". Y sobre todo fue la voz del gran James Mason en "Vendaval", "Contraespionaje" y la extraordinaria "Perfidia". Sin olvidar al genial Claude Rains en "La extraña pasajera" o a Raymond Massey en "La mujer del cuadro".
Carlos me contaba que el mayor éxito que obtuvo su abuelo fue doblando a Danny Kaye en "Un hombre fenómeno", un doblaje de gran complejidad y que fue alabado en la prensa de época, cosa nada habitual.
Por desgracia, volvió a ser detenido y estuvo otros dos años apartado del doblaje. De su última etapa (1950-1954) no hay libreta y por tanto sólo conocemos los doblajes suyos que se han conservado. Yo destacaría el Keenan Wynn de "Llama un desconocido", el Richard Basehart de "El hundimiento del Titanic" o el Adan Williams de "Investigación criminal". Lamentablemente, Pedro Yáñez nos dejó demasiado pronto y su entrañable voz ya no se volvió a oír en los repartos Donarelli, dejando un vació sino irremplazable sí significativo.
Yo destacaría la flexibilidad y ductilidad de su voz, capaz de adaptarse a personajes muchos más jóvenes que él o mucho mayores, capaz de sonar cómico o también dramático.
Lo más triste es que los redoblajes han sepultado la inmensa mayoría de sus intervenciones y sólo un pequeño porcentaje puede ser disfrutado gracias a copias en 16mm. Poco hay de él en vídeo o DVD. Y eso le convierte en un gran desconocido incluso para los amantes del doblaje clásico. Pero Pedro Yáñez no fue un actor cualquiera. Dejó huella.
Desde aquí agradezco de corazón a Carlos de la Calle haber dado la cara cuando Moses publicó aquel post y sobre todo haber accedido a verme en persona unos años después, a pesar de que podía haberse enfriado el tema. No fue así y gracias a su generosidad y buena disposición, así como a la meticulosidad de su abuelo al apuntar muchos de sus doblajes de los 30 y 40, podemos ahora tener una mejor visión de lo que sucedió en la prácticamente desconocida década de los 30 (se ha perdido el 99% de lo doblado) e incluso de los 40 (donde se habrá perdido el 80-85%).
Aprovecho la ocasión para hacer un llamamiento a los familiares y descendientes o amigos de familiares y descendientes de aquellos grandísimos integrantes del doblaje español clásico. Si alguno de ellos lee estas líneas, lo cual no es imposible (sin ir más lejos uno de los hijos de la gran Carolina Giménez se pasó por aquí hace ya unos años), les animo a que sigan el ejemplo que ha marcado Carlos de la Calle y si por casualidad obraran en su poder libretas, apuntes o fotos de aquellos tiempos, no duden en ponerse en contacto conmigo. Yo me comprometo a trasladar dicha información a la base de datos en reconocimiento al talento de aquellos astros del doblaje y para así poder ir recomponiendo poco a poco ese puzzle que supone el imaginarse cosas que han sido borradas y ninguneadas por generaciones que han menospreciado el trabajo de sus predecesores. Y no me refiero a los propios actores, que simplemente cumplían su cometido de redoblar, sino el de aquellos que por desidia, desconocimiento, fines económicos o simples gustos personales decidieron borrar de un plumazo parte de nuestra historia.
Gracias nuevamente a Carlos.
Un abrazo.
_________________ montalvo
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