A ver, un comentario breve de la peli de Tarantino para aplacar al pobre Baxter. Me ha gustado. A mí también me ha parecido una rareza en la trayectoria de QT, pero también me ha parecido un paso coherente. Por decirlo en pocas palabras, me alegro de que nuestro hombre empiece a plasmar en su cine las preocupaciones naturales de alguien de casi sesenta años. Para empezar, no es sorprendente que justo ahora decida contar una historia que transcurre en la época, lugar y ambiente general en los que él creció siendo niño. Los astros, además, han querido que esa nostalgia hacia su pasado personal coincida con el final de una era para aquello que más le gusta este señor en todo el mundo, el cine. Así que, tras verla, uno cae en la cuenta de que era ésta, y ninguna otra, la película que le tocaba dirigir. Y claro, de forma inevitable la película está teñida de una melancolía crepuscular que creo que no se encontraba en la filmografía de Tarantino desde Jackie Brown (pedazo de obra cuando uno es consciente de lo lejos que le quedaban en 1997 al director los sentimientos que articulaban los personajes de ésta).
Precisamente a Jackie Brown hay que remontarse para encontrar algún personaje parecido a Rick Dalton, almas en pena sabedores de que su tiempo ha pasado. Es el protagonista que necesitaba una película así, otro movimiento coherente. Por no hablar de lo bien escrito e interpretado que está, hasta el punto de que, dejando a un lado la catarsis histórica, el viejo recurso con el que cierra la película
No me parece una peli perfecta, y principalmente encuentro un problema de fluidez. Creo que el cine de Tarantino se ha resentido con la desaparición de Sally Menke; desde su muerte siempre he encontrado algún problema de ritmo o duración a sus películas. No creo que esta última se hiciera larga, al contrario (son dos horas 45 que se me pasaron en dos), pero durante demasiado tiempo parece un primer acto que no llega a despegar hacia ningún lado. Siendo una película un poco más observacional y sin menos objetivos claros que, digamos, Malditos Bastardos, está en parte en su naturaleza; pero quizá Menke habría sabido darle el brío necesario para que esta cualidad no llegase a agotar. Tampoco creo que la secuencia en el viejo rancho de los hippies maneje el suspense tan bien como Tarantino cree que lo hace, quedando un poco como una versión pálida de la secuencia de la cantina de Bastardos o la de DiCaprio y el cráneo en la mesa en Django, que sí logran estos mismos objetivos de largo.
Está además ese empeño que parece tener a veces Tarantino por subrayar su sello con recursos narrativos rupturistas y vistosos sean o no lo que pide la historia. Aquí tenemos un narrador aleatorio y sobreexplicativo que viene y va y que ni siquiera creo que contribuyese en nada a según qué escenas. Hacia el final, cuando reaparece más verborreico que nunca, ¿qué hace sino subrayar una cuenta atrás que ya está más que implícita porque 1) Tarantino cuenta con que tú sabes cómo acaba esta historia y 2) los insertos que indican el día ya han dejado paso a insertos que indican la hora? El sentimiento de urgencia ya está suficientemente bien transmitido.
Pero en general la veo una peli poderosa. Y es más, por todo lo que he dicho (lo bueno, no lo malo) me parecería una nota ideal con la que cerrar una filmografía como la de Quentin Tarantino. No va a ser así, pero por marco y por tono sería un gran y muy lógico punto final.