Ay, cierto, El Retorno del Rey cuenta. Es puro cine de fantasía, no cabe duda.
C.C Baxter escribió:
¿Qué te puedo decir? Yo me he "pegado" con no pocos que sostienen que films como Taxi Driver o El cazador son fascistas. Sé de lo que hablas. Es una línea de pensamiento mediocre y pobremente argumentada en la gran mayoría de los casos que algunos llegan a creerse. ¿Qué me dices de esos estudiosos revisionistas (qué craso error éste, mirar con los ojos de hoy obras de ayer) que se han puesto a analizar diálogo por diálogo toda la serie Friends para terminar concluyendo que es homófoba, machista, racista, cubista...? Me hacen gracia estos millennials, son los mismos que después se ponen a ver en FDF algo tan insultante como "La que se avecina" sin plantearse ni cuestionarse nada.
Lo de los iluminados pesaditos de Friends es un cuento para otro día. Para qué pararte a considerar la edad de una serie y el contexto en el que fue creada cuando puedes gritar mucho en internet para atraer la atención hacia ti mismo y dártelas de profeta.
Lo de las películas 'fascistas' es un tema interesante. Creo que la pregunta más intrigante que puede plantearse en ese ámbito no es tanto '¿es fascista esta película?' sino '¿puede una película fascista ser una película magistral?'. La respuesta es obviamente sí. Si ya preguntas '¿tenemos aún la capacidad de detectar la calidad de una película detrás de un contenido fascista?' la respuesta es más deprimente. Hay un miedo ahí comparable a lo de tener verdadero pánico a reconocer el atractivo de uno de tu mismo sexo por si eso significa que eres gay. Harry el Sucio, de la que hemos hablado mil veces aquí, es el tipo de película que tiene un lugar reconocido por todos en la historia del cine porque se hizo en otra época y otras personas fueron las que la encumbraron donde está hoy. Y no porque la gente fuese más ignorante o ingenua que nosotros (ya basta de condescendencias hacia 'la capacidad sensitiva' de otras generaciones), de hecho los críticos más importantes de la época señalaron esa tensión ideológica en una película tan ejemplar, y por aquel entonces los críticos tenían una visibilidad e influencia en el público digna de superestrellas. Hoy Harry el Sucio no habría tenido la más mínima oportunidad. La más mínima, oiga. Lo mejor que podría haber sacado habría sido un conmiserativo reconocimiento a ciertos valores estéticos seguido de una larga retahíla sobre lo 'inadecuado' y 'peligroso' de una película así en los tiempos que corren y lo irrelevante que ello hace cualquier otro rasgo, todo para acabar condenándola al olvido preventivo. En vez de educar, prohibir. En vez de fomentar el pensamiento complejo para evitar la aparición de futuros radicales, enterrar y amordazar. Si no se le llama censura es porque los métodos no pasan por leyes a la vieja usanza, sino por un acoso y derribo masivo en otros medios menos regulados (ejem). Pero es lo que es. Ni más ni menos.