Ayer estuve investigando las diferentes versiones del Downtown original de Petula Clark (no versiones por otros artistas, como el cover de Dolly). Con esta canción tengo una historia, y es que, si me hubieses preguntado hace tiempo, años atrás, la versión "básica" era ésta:
Incluso la tenía mi madre en uno de esos recopilatorios genéricos por décadas, y en uno de los sesenta, nada menos. Supongo que por aquel entonces no daba mucha importancia a estas cosas, pero con el tiempo empecé a pensar que de los sesenta mis narices. Finalmente me crucé un día hace ya mucho con la VERDADERA versión original, que sí suena como se supone que tiene que sonar el pop femenino de los primeros sesenta:
Con razón sonaba la de los discos de mi madre (ese supuesto recopilatorio de los 60 ensamblado por becarios retrasados) como las baladas melosas horribles de la última etapa del Bond de Roger Moore. Esos saxos asépticos de mierda. Esos arreglos artificiales infectos típicos de la música romántica post-discotequera de los primeros ochenta. Necesité oir a buena para ser consciente de lo mucho que odiaba la otra, que se supone Petula grabó en el 84. No hay color, eh, es que no hay color. La original del 64 es maravillosa, me encanta como Petula clava las sílabas y su forma desenfadada de recitar (no como en la del 84, donde Petula sobreactúa como si estuviera en un concurso de provocar el vómito por cursilería), y la instrumentación es la típica de su tiempo, la que le da ese sonido tan único, como espontáneo, juvenil e inofensivo, al pop femenino de finales de los 50 y principios de los 60 y hace que tanto me guste.
Lo que sí me pilló de nuevas ayer en mi investigación son la primera nueva versión que hizo Petula, en el 76, y un remix horroroso del 88 que suena exactamente como uno se imaginaría por la fecha y al que más valdría pegarle fuego.
Pues eso, Downtown.