Vale, ya he visto a Dory y he leído el comentario de Joaquín. Estoy en términos generales de acuerdo contigo. Buscando a Nemo llegó en una época en la que Pixar estaba, a nivel narrativo, en una carrera sin frenos hacia la perfección, y Andrew Stanton era la cabeza privilegiada del grupo. De hecho, el guion de Buscando a Nemo es tan asombrosamente bueno que quizá sea demasiado bueno. De hecho, si estás atento puedes apreciar en la distribución de los momentos de realización de un personaje y de los giros emocionales un grado de cálculo que raya en lo inhumano. Hablo con la película fresca, la vi anteayer. Es la película de "personajes viajando" mejor escrita que hay ahí fuera, una en la que sería imposible reordenar las piezas en otro orden, como sí ocurre en, digamos, El Viaje de Arlo, donde el orden de las peripecias de los protas es completamente aleatorio y poco impacto tienen en ellos. Cada decisión que Marlin toma viene condicionada por algo que ha visto, aprendido, sufrido en una escena anterior. Mi momento favorito de toda la película es cuando Dory insiste en ir hacia la ballena y Marlin, tras mucho resistirse, cede. Dory está siendo lo suficientemente persuasiva como para que Marlin la siguiese sin más ("confía en mí", dice Dory, Marlin podría ganarse la simpatía del público de forma creíble accediendo), pero lo que hace ceder a Marlin es la visión de la herida que las medusas le inflingieron a Dory la última vez que él no confió en ella. Es un momento maravilloso. que ejemplifica lo poco o nada que Stanton dejó al azar en su película, a día de hoy aún de las tres o cuatro mejores de Pixar. Pero hay más motivos para ello. La planificación visual es espectacular e imaginativa, con un montaje que es una herramienta expresiva más.
Ante todo esto, Dory lo tenía crudo, y cabía esperar una repetición descarada de aciertos pasados. Ya el título es ominoso. "Toy Story" es un título lo suficientemente poco concreto como para que "Toy Story 2" no implique nada en particular. Es una puta historia de juguetes, es lo único garantizado que se va a repetir. Pero seguir un patrón que empieza con "buscando a" te ata las manos, y los primeros quince o veinte minutos de Dory parecen ir incluso más allá, confirmando el regreso más cobarde posible a terreno seguro. El carrusel de "eh, ¿te acuerdas de esto que tanto te gustó de Buscando a Nemo?" con el que arranca la peli es de esos en los que vale todo y pueden volver hasta unas tortugas teóricamente difíciles de localizar en el puto océano con tal de que el espectador incapaz ni de cerrar la boca mientras come palomitas señale a la pantalla y diga "¡eh, yo me acuerdo de eso!". Por suerte, el resto de la película deja esto de lado y apuesta por algo mejor. Por desgracia, no vale con apostar.
A ver, la peli no está mal y me habría dejado la mar de contento de venir de gente menos ambiciosa, pero (topicazo en 3, 2, 1) en vista de lo que han logrado estos tíos de Pixar en el pasado (Stanton especialmente), sentí la película muy poco ambiciosa. Pixar lleva en el juego tanto tiempo que sus hallazgos narrativos han tenido tiempo de convertirse en marcas de la casa y luego en lugares comunes muy fáciles y tentadores. Buscando a Dory tiene tendencia al tic fácil. A abrir con un plano de una versión infantil y ultramonisima de un personaje querido (sólo tres años después de Monsters University). A confiar en que la moraleja bienintencionada y de acorde a las sensibilidades actuales venda todo el paquete. A alternar una risa con una lágrima (ese mantra de Lasseter que ya es un meme). Y luego está el tema de los efectismos. Pese a tratar de peces parlantes, Buscando a Nemo es una película bastante sobria y con los pies en la tierra. En cambio, Dory sigue esta pauta sólo cuando le interesa. Hay un trecho entre unos peces viajando en la bolsa de un pelícano y un pulpo conduciendo un camión.
Y hablando de pulpos, la mayoría de personajes nuevos no calan tanto como los de la película original, aunque hay que poner las cosas en perspectiva. Los peces del acuario de Buscando a Nemo, Gill aparte, sólo eran la versión de rebajas del recurso "grupo pintoresco de secundarios" que ya en Bichos era la versión de rebajas de Toy Story. Y también en justicia, a Dory hay que adjudicarle un personaje que inesperadamente me encantó, precisamente el del pulpo Hank. Es una delicia de ver en acción y su carácter arisco me gusta mucho. Y encima Luis Mas está genial (¡hacía tantísimo que no me gustaba este hombre!). Stanton debía saber que Hank era el punto fuerte de la película, no hay más que ver los créditos finales.
Bueno, no me apetece seguir escribiendo. Lo dicho, que es una peli pasable y entretenida, pero muy por debajo de lo que cabe esperar de una película tan bien concebida, escrita y ejecutada como Buscando a Nemo. Y qué pareja de aventuras tan poquísimo interesante son Marlin y Nemo, ¿no?
Pd.: El corto me pareció un pufo. Técnicamente quita la respiración y te hace preguntarte de qué será capaz la animación por ordenador dentro del futuro, pero... ¿qué futuro de mierda es ése? ¿Qué necesidad hay de gastarse millones y millones de dólares en tecnología y esfuerzo humano para crear calcos de cine de acción real? Basta ya. Para eso no necesitamos dibujos animados. Si ése va a ser el camino de la experimentación del futuro, tratar de asombrarnos con el hiperrealismo del medio en lugar de con nuevas formas expresivas de narrar, mal vamos, eh.
_________________ Miguel RosellóSi te interesa remotamente leerme hablar de canciones Disney, ésta es la cuenta de instagram a seguir.
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