Acabo de leer esa triste noticia y la emoción me embarga de manera tremenda. Cada cual, por motivos diferentes percibimos de manera a veces distinta unos timbres de voz que nos han calado de tal manera que esas estrellas clásicas de los años 40, 50 y 60 las asimilaremos siempre a esas voces.
A Maria del Puy la descubrí en el film Un angel pasó por Brooklyn. Era el año 1956 y su voz dulce, acaramelada de terciopelo, me enamoró totalmente. Y ya la fui siguiendo en todas las películas por esa atración especial que me hizo sentir.
En 1958, y en Una muchachita de Valladolid, logró que Analia Gadé tuviera en su voz la ingenuidad y dulzura que destilaba su personaje.
Y que decir de mi “icono” Cyd Charisse en 1959 con la voz de Maria. Irrepetible. Ya en Sincronia, desde Ingrid Bergman, Vera Mills, Jean Simona, Gina Lollobrigida, Deborah Kerr, Marilyn, Olivia de Havilland, a todas ellas les dio con su voz un toque de distinción, una alta relevancia.
Pero hay una asociación que caló en mi de manera especial, el doblaje que realizó a Geraldine Page en 1963 en Dulce pájaro de juventud. Probablemente porque tanto el film, las estrellas y su doblaje en general fue extraordinario.
Como bien decia Montalvo, tuve la satisfación y el placer de comunicarme con ella un corto tiempo por conducto telefónico. Ya retirada de su profesión, decia que vivia muy feliz en su casa de campo y con su piano. No la apetecia ni deseaba hablar de su profesión, debido a que le recordaria compañeros entrañables que paulatinamente habian ido desapareciendo. Y porque aunque adoraba esa profesión, sin embargo no olvidaba la cantidad de humo impregnado en los Estudios de Doblaje que tuvo que soportar. Llegó a decirme que no la tachara de descortés, que podiamos hablar de cualquier tema, reenviarnos correos , como así fue, pero que por favor no le hablara de doblaje. Y por supuesto, lo respeté.
Es difícil enumerar quien o quienes han sido los más grandes, los mejores, etc. en el doblaje. Aparte de que nuestro “paladar auditivo ” sea diverso, podemos asociar para siempre una voz a una estrella . O aceptarla con otras .
Ello no quita para que mi consideración hacia Maria del Puy la incluya entre las mejores voces clásicas del doblaje español. Descanse en paz.
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