Pack doble (IMPRESCINDIBLE) de John Ford, Henry Fonda y la Fox. Con este hombre que hacía películas tengo un problema: le tengo estereotipadamente encasillado. Pienso en él y pienso en
westerns, un poco-bastante plomizos donde los indios siempre son los malos. Y para nada. PARA NADA. Hombre, que sea el único director que haya ganado 4
Oscar (ni el Dios Wilder llegó tan lejos en la dirección), de los buenos, por sus películas y no honoríficos querrá decir algo. Y curiosamente ninguno por una película del oeste. Que debe tener (ahora no recuerdo) alguna peli tostón, seguro. Pero últimamente lo que he visto de él me ha gustado de mucho para arriba.
Y Henry Fonda? Otro CRACK. Le preguntaron a Ford que qué era el cine para él y respondió
"¿Usted ha visto caminar a Henry Fonda? Pues eso es el cine". Qué tío! Bueno, en plural, porque si John fue bueno Henry también. Poco he visto de él, pero suficiente para ver que era un actor como la copa de un pino. Veracidad y credibilidad hasta decir basta. Con esa cara de tipo normal, honrado, con principios; y encima era un actor de una sola toma: colosal. No es de extrañar que trabajase con gente como Hitchcock, Wyler, Lang, Hathaway, Preminger, Lumet, Mankiewicz, Vidor, Leone o el propio Ford. Nah, auténticos desconocidos.
PASIÓN DE LOS FUERTES. 'Gran' título para
MY DARLING CLEMENTINE. Suena mejor en castellano pero qué manía con andar adaptando títulos. Quizás 'Mi querida Clementine' sonaba demasiado fuerte para la mentalidad de la época?
Chi lo sa... Bueno, al lío. Película sobre el
sheriff más famoso del oeste, Wyatt Earp, y su duelo en OK Corral con la particularidad de que fue el propio Earp quien le explicó personalmente a Ford dicha escena.
Contiene todos los elementos que uno tiene en mente cuando se piensa en un
western: el
saloon (donde no ganan para vasos rotos: es impresionante la cantidad de ellos que rompen y no hablo de las típicas peleas), la barbería (con ese pirulí a la entrada que da vueltas y vueltas), el hotel (donde las damiselas representan sus números de baile), la imprenta, la cárcel, el póker, esa calle principal, pistolas a la cintura, tiroteos, indios (aunque esta vez sin plumas ni arcos ni flechas), reses y cuando se trata de John Ford, como no, Monumental Valley.
Henry Fonda está magnífico, espléndido, sereno, con una imagen para el recuerdo: balanceándose en una silla a la entrada del hotel. Walter Brennan, como el patriarca del clan de los
Clanton está genial. Hasta Victor Mature en el papel de '
Doc' (no sabía que el mote le venía porque fue doctor) Holliday está bien aunque su expresividad facial sea comparable a la del mismísimo Steven Seagal. Y es que en esta película desentonar es difícil.
Hay una frase memorable. Le pregunta Wyatt al del bar:
- Tú te has enamorado alguna vez Mac?
- No sé, yo siempre he sido camarero.Plas, plas, plas. Estoy dispuesto a batirme en duelo a quien crea que no estamos ante un peliculón. Y recordad que como dicen en la peli
«Cuando se saca el revólver hay que matar». Un 8 pero ya.
LAS UVAS DE LA IRA. Impresionante. IMPRESIONANTE. I-M-P-R-E-S-I-O-N-A-N-T-E. La rodó hace 70 años reflejando la época de la Gran Depresión y saliendo del cine una chica ha comentado "No ha cambiado nada". Y qué razón ha tenido. Crisis económica, emigrantes en busca de la tierra prometida, paro, paro y más paro, hambre, desesperación, especuladores, bancos que se lo quedan todo y te echan de tu casa, de tu tierra, empresarios sin escrúpulos que sólo buscan explotar al trabajador pagándole un salario de mierda no, lo siguiente, capataces/encargados que se creen por encima del bien y del mal que tratan como auténtica basura a dicho trabajador, tus propios conciudadanos son los que te hacen la vida imposible, huelgas, disturbios... Hablamos de 1930 o de 2012? Ah sí, hay algo que ha cambiado: los coches. Los de antes aguantaban lo que no está escrito porque es impresionante lo que carga esa camioneta atravesando medio país... para llegar a destino y un poco más! Ah, que es ficción... Puede, pero pienso que es así.
Chapeau al encargado de
atrezzo. Y seguro que el vehículo era un
Ford; no podría ser otro!
Lo curioso es que en la película el único reducto de legalidad y tranquilidad lo ofrezca el Estado: hasta en eso hemos empeorado. Leo que la novela en la que está basada la película es más pesimista: apaga y vámonos.
Henry Fonda vuelve a estar soberbio, llegando hasta el punto de casi emocionarme en la conversación que tiene con su madre en el campamento. Y el predicador, John Carradine (otro habitual de las películas de Ford), enorme. Otro 8 como la copa de otro pino.