Quique, muchas gracias por tu acertada intervención. Estoy de acuerdo con lo que dices, como también suscribo todo lo dicho por Dobaldor y Rafiki. No obsante, me gustaría enfatizar que antes de "la generación del 62" en Barcelona, no todas las voces eran preciosas o del Olimpo. No todo eran Navarros, Sorianos o Calvos o Simones Ramírez. Paco Sánchez no tenía una voz bonita, más bien una voz característica, ideal para personajes de la calle. No en vano, sobresalió en doblajes del cine italiano y francés, que era menos "glamourosos" que los de Hollywood. Teófilo Martínez era un caso análogo. José María Ovies no tenía voz de galán, era un actor de carácter, que por sus extraordinarias cualidades como actor lo mismo resultaba creíble doblando a un actor naturalista como Gary Cooper, que a uno del método como Lee Jee Cobb, que a un galán como Antonio Vilar. Víctor Ramírez tenía una voz normalita, pero era tal actorazo que lo mismo podía sobresalir en un musical desenfadado como Cantando bajo la lluvia que salirse doblando a Paul Henreid en un dramón como Pasión inmortal. Jose Casín tenía una voz de la calle (de la calle de entonces, claro). ¿Y Arenzana qué? ¿Acaso no tenía un timbre normal tirando a roto? ¿Sus doblajes a Marlon Brando en los 50 tienen algo que envidiarle a los de Rogelio en los 60? ¿Y Félix Acaso, muy anterior a Rogelio, no era ya en los 50 el maestro de la naturalidad en Madrid? ¿Y Baltanás, de quien Rogelio heredó buena parte de sus actores, qué pasa, que no había ya sobresalido doblando a todo tipo de actores, desde italianos como Mastroianni o Gassman al propio Paul Newman en no pocas películas? Se podría seguir así hasta el infinito.
Citaba al principio de mi escrito "la generación del 62 en Barcelona", no porque empezaran a doblar en 1962, sino porque fue ese (nefasto) año en el que los clientes y directores de turno decidieron que era necesario un relevo generacional. Y claro, había que defenestrar a Soriano, Jofre o Durá porque eran "cursis". Y a Navarro, porque como persona era difícil. Si a eso le sumamos las muertes de Ibáñez y Menéndez, las (semi)retiradas de Casals, Lombarte y Santigosa, pues en espacio de pocos meses, se produjo un cambio brutal en los repartos. De oír constantemente a Navarro y Soriano doblando a los galanes, nos encontramos con Corsellas-Sansalvador-Rogelio y Cano haciendo todos los galanes. Los que eran jovencitos, estupendos que quedaban, pero oír a Kirk Douglas, Cary Grant o William Holden con la voz de Corsellas o Cano, pues no colaba ni con colador. De repente les asignaron a esos jóvenes valores del doblaje actores que les venían grandes, en edad y en estilo, y ellos lo sacaron adelante como buenamente pudieron, de manera digna, pero muy muy muy inferior a sus predecesores. Por eso, tener que leer que la generación del 62 a la cual se refiere Dotú, fue la primera generación natural y fresca es, para empezar, una falta de respeto hacia todos los doblajes realizados en Madrid, dado que en la capital el cambio de estilo ya se había producido a mediados de los 50, cuando los Acaso y Baltanás tomaron el relevo de los Orallo y Pelayo. Y además es un comentario poco apropiado para un profesional de su calibre y de su contrastada trayectoria, que, para más inri, conoció personalmente a esos actores de la generación anterior y se había interesado por la historia del doblaje y sus inicios, como queda probado en su espectacular y acertadísima intervención en "Voces en imágenes". Ese comentario, por muy respetable que sea, si el así lo siente, supone para mí una "decepción". Como también me parece algo exagerado lo que dice Manolo García, seguro que dejándose llevar por la emotividad del momento, de que "a Rogelio no hay ningún papel que no le fuera". Doblando a Robert De Niro en "Enamorarse" o a Robert Redford en varias ocasiones, si bien su calidad está por encima de toda duda, no creo que logre precisamente una gran simbiosis. Normal, nadie es infalible. Tampoco porque acabe de fallecer y estemos todos apenados es necesario pasarse de rosca. Porque de la misma manera que ensalzamos al que acaba de dejarnos, cuando pase un tiempo prudencial, éste "caerá en el olvido" y el siguiente en fallecer se convierte "en el mejor de todos los tiempos". Pues hombre, no es eso.
En el doblaje, como en muchos otros terrenos de la vida, hay quienes se llevan los laureles y otros, con tanto talento o más, no consiguen ese mismo nivel de relevancia. Porque si Rogelio es considerado como el número uno indiscutible, y Antolín García le supera (en opinión de unos cuantos) en algunos actores, como el citado Peter O'Toole, eso no lo hace un cualquiera. Hay que ser también muy grande. Pero Antolín no ha pasado a la historia. Lleva ya más 20 años muerto y sus doblajes no están tan frescos como los de Rogelio. De poco le ha valido estar casi siempre extraordinario, doblase a quien doblase. Su voz y los actores a quienes doblaba no tenían el carisma y el reconocimiento de los de Rogelio. Y el caso que menciona Rafiki es también muy significativo. Él y yo somos con casi total seguridad las únicas personas que consideran que Maribel Casals fue superior a Elsa. Y a mucha honra. Si bien soy poco amigo de establecer clasificaciones, como si de la general del Tour de Francia se tratara, no puedo por menos, cada vez que tengo que oír el disco rayado de que "Elsa fue LA número uno INDISCUTIBLE del doblaje", llevarme las manos a la cabeza. Por el "la" y por el "indiscutible". Porque si bien nadie discute que logró una elevada cantidad de doblajes magistrales y que una carrera que abarca 50 años se merece el mayor de los respetos (y el mío siempre lo ha tenido), etiquetar como "la número uno indiscutible" a alguien que también tiene en su haber no pocos doblajes inadecuados e incluso algunos totalmente insufribles, me parece respetable, sí, pero una afimración que no se ajusta a la realidad. En mi opinión, como en la de Rafiki, por lo menos dos actrices, Casals y Mireya la superaron. Para mí, éstas dos sí eran las Reinas Midas del doblaje, ya que absolutamente todo lo que tocaban lo convertían en oro. Elsa, convirtió en oro el 90% de lo que dobló hasta 1956, después fue paulatinamente bajando el listón. No hay más que coger a la que muchos consideran la mejor actriz de todos los tiempos, Barbara Stanwyck y oírla por voz de Mireya, Casals y Elsa. Basta comparar Unión pacífico, Su gran deseo y Dirección prohibida. Mientras que Mireya y Casals se apoderan de la actriz, dotándola de un tremendo carácter y personalidad, a Elsa le viene bastante grande. Su voz demasiado juvenil en aquella época no cuadra en absoluto con toda una señora como la Stanwyck. Pero como era considerada entre sus compañeros, directores y clientes como la número uno, pues había que darle a todas las protagonistas, le fueran o no. Y ese tipo de cosas son las que a mí me molestan. Yo por lo menos no la eché de menos en Voz de España entre 1952 y 1955, donde entre Casals y Lombarte se bastaban y se sobraban.
Ah, y esta vez no se me olvida. Gracias Fdo Amsterdam por publicar esa entrevista que, aunque con unas cuantas inexactitudes, se ajusta lo suficiente a la realidad (para un periódico de un país que ni conoce ni valora el doblaje). Desde luego es una buena noticia que la muerte de Rogelio haya cruzado nuestras fronteras. Sin duda, Rogelio lo merecía. Aunque eso sí, no era el único que lo merecía.
_________________ montalvo
Última edición por montalvo el Mar Ene 24, 2012 8:47 pm, editado 1 vez en total.
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