"La oreja rota" es que pierde mucho interés desde el momento en que Tintín se fuga de la cárcel. Porque hasta entonces Hergé clava el retrato del ficticio país latinoamericano de San Teodoro, con su absurdo ejército de 3487 coroneles por 49 cabos y con varios golpes de estado al día, y cuela una denuncia política brutal sin que la historia sufra por ello (la "guerra del Gran Chapo" que aparece en este libro no es sino la muy real guerra del Gran Chaco levísimamente disfrazada, y el "Basil Bazaroff de Viking Arms" del libro es un personaje real —Basil Zaharoff de Vickers Armstrong, que como su contrapartida ficticia vendía armas a los dos beligerantes en las guerras—; eso por no hablar de que aquí, como en "El loto azul", Hergé se adelanta a la realidad: al igual que ocurre en el libro, la guerra del Gran Chaco, emprendida igualmente por motivos de explotación de reservas petrolíferas, acabó en un gran chasco cuando se vio que las reservas petrolíferas eran insignificantes). Respecto a los de la última etapa que citas, "Stock de coque" es muy entretenido pero su trama es floja (muy inferior a "El asunto tornasol" y "Tintín en el Tíbet), mero pretexto para reunir personajes de obras anteriores; "Las joyas de la Castafiore" es genial, "Vuelo 714 para Sidney" tiene una primera parte en el aeropuerto y el avión muy reivindicable, con ese divertido personaje de "Laszlo Carreidas" -Marcel Dassault ligeramente caricaturizado- pero pierde mucho gas cuando llegan a la isla (sobre todo por el dibujo, donde se nota que a Hergé ya le estaba fallando el pulso) y su resolución (el rollo ocultista alienígena es simplemente infumable) es un puro despropósito, que el mismo Hergé lamentó. "Tintín y los pícaros", además de que Tintín parece otro (cínico, escéptico, manipulador) por otra parte simplemente ya no parece de Hergé y es muy probable que en realidad Hergé apenas tuviera parte en su elaboración final porque por entonces tenía los dedos tan machacados por el eccema que casi no podía ni sostener un lápiz. "El asunto Tornasol" está muy bien, aunque me gusta menos que "El loto azul" y "Tintín en el Tibet", las dos obras más personales de Hergé. Comparto tu valoración del díptico "lunar" aunque creo que eres excesivamente duro con las obras anteriores a "Los cigarros del Faraón".
_________________ "El arte de la guerra se apoya sobre el siguiente principio inmoral: hazle al prójimo lo que no quieras que te hagan a ti"
Jules Verne
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