Cool Hand Mike escribió:
Dos directorzuelos que dieron en la diana una sola vez en los noventa (seguramente más gracias a sus guionistas y actores que a él mismo), se llevaron un buen montón de señores dorados a casa y siguieron a sus cosas, léase En Sus Zapatos.
Que Demme y Hanson fueron estrellas de un día, está claro. Pero no los incluiría en el cajón de los "directorzuelos", ya que aunque "El silencio de los corderos" y "L.A. Confidential" tienen unos guiones de granito, si la dirección hubiera sido errónea, invisible o academicista no habrían alcanzado el estatus de culto que hoy tienen. Y más aun en el caso de Hanson, ya que si la primera aventura de Lecter y Clarice es recordada, lo es sobre todo por las interpretaciones de Hopkins y Foster, por encima de un guión, un montaje y una dirección totalmente efectivos. Pero en la adaptación de Ellroy es el tándem de Brian Helgeland y Hanson el que hace que todo encaje como un guante. Y la dirección de este último es tan elegante y precisa que son numerosas las escenas donde explica muchas cosas solo con el montaje, las imágenes y el score de Goldsmith, sin ninguna frase de por medio. Verbigracia, la impecable presentación de los tres protagonistas, o la secuencia que es el propio nudo de la película,
. Eso, creo yo, no lo ejecuta un director cualquiera. Y que ha habido y habrá directores que den en la diana una sola y espectacular vez en sus carreras, pues también. Como es este caso.
Pero de Hanson por supuesto que hay que reivindicar "La mano que mece la cuna". Y "Jóvenes prodigiosos", aunque algo tópica por momentos, no está del todo mal (además de alumbrar una de las mejores canciones de la última etapa de Bob Dylan, como es "Not dark yet"). Demme, aunque nunca ha vuelto al altar en el que estuvo a principios de los 90, tiene varios documentales de músicos muy, muy recomendables.