Siempre lo he pensado: qué grandísimos secundarios ha tenido el cine español a lo largo de su historia, y qué poca valoración se les dio siempre. Manuel Alexandre, Agustín González, Luis Ciges, Saza... por cierto, unos cómicos EXCEPCIONALES.
A José Sazatornil siempre le recordaré como el prototipo de arribista que intentaba avanzar por la pirámide social celtibérica, normalmente con nefastos resultados. Esas caras de la he cagado pero bien son patrimonio nacional. Era especial, era único, tenía ritmo y gracia, siempre estuvo bien. Lástima que no le ofrecieran todos los años papeles tan extensos y redondos como el de La escopeta nacional.
Fue morirse Saza, y Faulkner ser TT. Bravo a eso, maldita sea. "¿Es que no sabe que en este pueblo es verdadera devoción lo que hay por Faulkner?" Cualquier excusa es buena para rememorar una frase al día de Amanece, que no es poco.
|