"El hijo", protagonizada por Hugh Jackman. Ha recibido críticas muy malas, pero yo creo que salvo los horribles minutos finales (que destrozan el efecto dramático creado por
) logra tratar con equilibrio un tema tan delicado como el de la depresión y el suicidio en adolescentes. Lástima que no se atreva a llegar hasta el final y simplemente insinúe que si los padres hubieran dejado que
todo se habría arreglado, pero aun así es muy preferible a la explotación morbosa que hace la lamentable "13 reasons Why".
"Creed III". En el fondo es otro ejemplo más de la nostalgia que invade el actual Hollywood. No pasa de ser una vuelta de tuerca más (eso sí, hecha con buen gusto y cariño, cosa que se agradece) a la serie "Rocky", de la que es "spin off" y resulta un tanto repetitiva. Por otra parte, se agradece que sea capaz de contar una historia protagonizada casi exclusivamente por negros sin caer en el victimismo o en el sermón antirracista barato.
Sobre los Oscars premiando a esa monumental bobada pretenciosa llamada "Todo a la vez en todas partes", mejor no hablar. Pero por otra parte, ¿queda alguien que se tome en serio los Oscars, cuya ceremonia ya nadie ve? Una vez más, la ingratísima academia hollywoodiense se olvida de quienes les han salvado el culo (este año, Tommy y Jim Cameron), vuelve a marginar (otra vez) al mejor director americano de los últimos cincuenta años, y en vez de eso deciden que tienen que ser IMPORTANTES, MODERNOS y PROGRESISTAS y premian una peli que les haga quedar bien, que sea muy "inclusiva", "tolerante" y "abierta" (¿y qué más "tolerante" que una peli protagonizada por una inmigrante asiática que aprende a ser tolerante con su hija lesbiana?) pero que cinematográficamente carece del menor interés. Y los años próximos parece que la cosa irá a peor. Porque hasta ya tienen un baremo de "inclusividad", "tolerancia", "equidad" y demás zarandajas progre-hipócrito-liberales para evaluar las pelis. ¡Glubs!