Cool Hand Mike escribió:
Comentarios superficiales sobre...
Instinto básico: Hacía años que no la veía. Me ha alegrado descubrir que, a diferencia de otros thrillers de principios de los noventa (muchos de ellos derivados de éste), envejece genial. El consenso dice que Brian De Palma es el gran creador de Hitchcocks sin Hitchcock, pero en su único intento Verhoeven hizo lo que De Palma nunca logró: una actualización que no pisa la línea que separa la recreación del plagio. Me muero por ponerme ese bodrio anunciado que es Instinto Básico 2.
The Walk: Seguro que todo el mundo se pregunta por qué Zemeckis vio la necesidad de contar otra vez algo que prácticamente acababa de contarse ya, encima en forma de documental famoso y multipremiado. Los cuatro gatos que la hemos visto saben la respuesta: Man on Wire va de un hombre y no de las Torres Gemelas. Zemeckis, americano de pro, difícilmente podía dejar de lado la ocasión de volver a contar esta historia, esta vez en forma del ¿primer? homenaje fílmico explícito a ex-World Trade Center. Hay que reconocer que, más allá del sentimentalismo implícito, el simbolismo es efectivo. Zemeckis busca recordarnos la escala, la magnificencia, la majestuosidad de los dos extintos edificios (a mí siempre me han parecido muy toscos, pero eso da igual) a través de cómo su mera existencia permitió la autorrealización existencial de un hombre. La película no es tan buena. Está articulada como un Ocean's Eleven con menos chispa, culminando en veinte minutos en los que se dan cita el mejor y el peor Zemeckis, el maestro de la planificación y la puta de la innovación tecnológica que no sabe cuándo decir que no. Estos veinte minutos se hacen cortos en relación con el resto de la película y largos en sí mismos, perdiendo impacto a cada giro de 180 grados de Phillipe. Las sensaciones son tan contradictorias que realmente hacen fascinante a la secuencia.
El Bola: El cine social español tiene un gran defecto, y es que, convencido del poder de su mensaje, suele considerar irrelevantes los principios básicos del buen cine. Puesta en escena, dirección, buena escritura, personalidad. No es que El Bola esté mal escrita, dirigida, hecha, pero es una más, una de tantas que se pierden en un subgénero caracterizado por la invisibilidad de estilos independientes. Normalmente, estas películas (que si sobrecogen es más por el pensamiento de que, eh, esta historia está basada en mil historias reales, que por la forma de traducir esta realidad a cine) encuentran su fortaleza en los actores, y El Bola no es una excepción. Ballesta está increíble, pero todo el reparto a su alrededor está a su altura. Lástima que se pierda en tanto existencialismo de barrio que a fuerza de tragárnoslo por boca de personajes inverosímiles para esta tarea ya parece que nadie lo cuestiona.
Mr. Holmes: Qué envarada es la vara que envara la envaradura de esta película. Mucho tomarse en serio a sí misma para llevarse algún premio, pero al final lo único que levanta la función aquí son McKellen y Laura Linney.
De "Instinto básico" opino que es un clásico de los "placeres culpables". Sí, tiene un guión lleno de trampas, sí, el erotismo parece hasta pacato en la era del "porntube", sí, Michael Douglas pone todo el rato la misma cara pero, ¡diablos! ¿y lo bien que te lo pasas? ¿y la pantalla que parece incendiarse cuando aparece Sharon Stone? ¿y la maravillosa música de Jerry Goldsmith?
"The Walk": impresionante la escena del paso por las torres, anodino e irrelevante todo lo demás. En ningún momento se profundiza en por qué Pettit hace lo que hace, ni nada que se le parezca. Tal vez las posibilidades como director de Zemeckis no den para tanto: él es, simplemente, alguien hábil con la cámara y punto.
"El Bola" me impresionó mucho cuando la vi por vez primera, pero es de esas películas que no resisten una segunda visión. Queda el carisma de Juanjo Ballesta (lástima que lo perdiera al hacerse adulto), la química con su joven compañero de reparto Pablo Galán y la profesionalidad de Gloria Muñoz, Manuel Morón, Alberto Jiménez y Ana Wagener.
"Mr. Holmes" podría haber sido una obra maestra, pero, de no ser por la talla interpretativa de sir Ian (aunque en su caso lo inesperado sería lo contrario) y la eficacia de Laura Linney, caería en la más aplastante mediocridad. Toda una lección sobre cómo desaprovechar un material excelente, porque lo es (y eso, por no hablar de cómo se ha suavizado el material original, donde un personaje muere).