Este finde me he visto todas las Misiones Imposibles, que las tenía bastante olvidadas (menos la cuarta, así que ésa la he dejado fuera). La primera me ha impresionado mucho, la fama de saga puramente de acción que viene dada por las secuelas es injusta con este thriller en el que hay más drama que acción, con apenas unas pocas escenas de acción, muy marcadas y delimitadas. Es muy curioso el guion escogido para la película, que en circunstancias habituales sería más propio de una secuela y no de una presentación de nuevos personajes: la misión que toma un cariz personal, el golpe psicológico que sufre Hunt, la traición interna que se yergue en decepción y la atmósfera de desencanto y desmitificación que sobrevuela toda la trama. Esta sensación se acrecenta viendo la segunda, centrada en una misión más genérica, más de puro trabajo. A mí me dio la impresión de que estaban como cambiadas de sitio, ya que lo normal sería que la primera fuese sobre una misión estándar y que la segunda introdujese el giro de la implicación personal de Hunt. Da igual, en cualquier caso. Esto no hace peor a la primera... ni mejor a la segunda. Porque la segunda es basura. No tiene sentido negar que es la más hija de su padre de las cuatro, pero con Woo al timón Hunt se convierte en un gilipollas, un macarra sobrado y follador enfrentado a un malo insignificante y estereotipado en un artefacto de ruido y tiros y ralentís del que se pueden decir muchas cosas malas, pero la peor es que es totalmente intercambiable con cualquier horterada de acción de finales de los noventa y principios de los 2000.
La tercera me ha parecido mejor que cuando la vi en el cine, ¡hace ya seis años! Recupera la sobriedad narrativa de la primera, aunque hereda de la segunda su caracter de película estrictamente de acción. Es claramente un producto post-Bourne, como revela el uso de la cámara y la iluminación de Abrams, y posiblemente por ello es la más realista de las cuatro. Hunt deja de ser el odioso chuloputas de descapotable de la segunda, pero su nueva moñez es un poco irritante. La mayor debilidad de la peli es que carece de "La Escena", ésa set piece de acción que queda para el recuerdo por su peculiaridad y espectacularidad y con la que cuentan las otras tres, incluso la segunda (la introducción en las montañas); pero lo compensa con el mejor malo de la saga con diferencia. Phillip Seymour Hoffman está genial, frío y cabrón, y el momento en el que estando atado a una silla amenaza a Hunt con buscar a su novia y cargársela es de poner los pelos de punta, algo impresionante.
Por contraste, la cuarta resulta descaradamente más lúdica. No es grave como la primera, ni seria como la tercera, ni siquiera ruidosa como la segunda. Es ligerísima, divertida y desvergonzada. Prescinde de la fotografía metálica de la tercera y su tono deliberadamente realista, y sus escenas de acción llenas de gadgets recuerdan más a las de la primera, pero llevadas al extremo de la credibilidad. Y es la mejor.
¿La mejor escena de la saga? La de Hunt recuperando el disquete en la CIA en la primera. La escena más icónica de la saga, merecidamente. Tensión PURA, y sobre todo hay que destacar ahí la ausencia total de música y voz. Cardiaca.
Bueno, eso, que la mejor es la cuarta, seguida muy de cerca de la primera. Luego la tercera, digna pero con un puntito olvidable, y a kilómetros por detrás, ese engendro que es la segunda. Ecco!
_________________ Miguel RosellóSi te interesa remotamente leerme hablar de canciones Disney, ésta es la cuenta de instagram a seguir.
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