He visto RANGO. Cómo describirla... Lisérgica sería la palabra. Puede que se sostenga en un guión mil veces visto, sobre todo en el cine animado (el impostor que llega y que acaba metido en un follón por culpa de sus mentiras), pero hay algo en su atmósfera, en la indefinición de su tono y en la deliberada extrañeza de algunos de sus pasajes que la hacen interesante y muy estimulante. A diferencia de Pixar, que en todas sus películas muestra sus cartas claramente desde el principio, RANGO empieza poniendo a Rango en una situación extraña de la que ni él ni nosotros sabemos muy bien qué esperar o a qué atenernos. Desde este comienzo, la película juega a desconcertar en lugar de correr a buscar sus intenciones al momento. Y durante veinte minutos o así, la película es la hostia. Una bizarrada alucinógena sin miedo a experimentar con los límites de la animación y del encuadre, que una vez Rango llega a Polvo pierde muchos puntos de interés al volverse funcional y llena de lugares comunes. No como spaghetti western (donde sigue jugando a pervertir el género con su extraña atmósfera y la naturaleza de su protagonista), pero sí como relato en general. Aquí entran los convencionalismos que dije al principio, a los que hay que sumar un par de persecuciones bastante cansinas y una trama que por momentos se hace menos y menos interesante. Pero se le perdona. No del todo, puesto que todo el arranque es maravilloso y desaprovechar algo así es un delito, pero sí lo suficiente como para que se pueda disfrutar tranquilamente.
Y la animación... Creo que es lo más extraordinario que he visto en mi vida. El hiperrealismo absoluto puesto al servicio de la repugnancia de los bichejos más inmundos del reino animal, sin suavizar los rasgos y sin renegar del feísmo, recreándose en las texturas y las imperfecciones. Y esto es aplicable también a los pocos seres humanos que vemos brevemente en pantalla, de aspecto tan fascinante y grotesco que me hacen desear un experimento animado de esta calaña protagonizado por personas. Perfecto y muy valiente. Tras este inconmensurable trabajo está nada menos que ILM, que, que yo sepa, nunca había ido más allá de integrar personajes digitales en entornos reales. Y ahora ha creado un mundo entero con esa misma tecnología. La fotografía es sucia y hermosa, el nivel de detalle llega a asustar, y todo ello junto crea ese ambiente indescriptible que es lo que da a la película su personalidad única. Puede que el crédito de director se lo lleve Verbinsky, pero los auténticos autores de la película son los técnicos de ILM. Sin ellos RANGO no sería especial, sin ellos sería una más. Un 7 que podría haber sido mucho más.
Y ahora tengo una visión... Veo... veo a Luci comentando LOS INCREÍBLES... Y dándole una nota muy alta...
_________________ Miguel RosellóSi te interesa remotamente leerme hablar de canciones Disney, ésta es la cuenta de instagram a seguir.
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