erethras escribió:
bueno, a lo que iba. en primer lugar, los aspectos económicos de los regímenes soviético y fascista orientaban a sus estados en direcciones diametralmente opuestas -que no sabría sintetizar ahora mismo...encima que me explico mal no sintetizo- que, combinadas cadauna con su ismo particular, daban lugar a un estado nacionalsocialista cuyo único fin era la expansión y la guerra versus una Unión Soviética cuyo objetivo residía en la spervivencia -recordemos batalla Trotsky-Stalin.
Naturalmente, el régimen fascista busca el control de las masas y las somete a los poderes dictatoriales de un caudillo. No hay que confundir el régimen soviético con el comunismo, porque no tienen nada que ver. El Stalinismo fue un régimen fascista sustentado en el sistema económico comunista.
Si de verdad quereis leer sobre un comunismo práctico y puro, leed a Makarenko.
erethras escribió:
las características absolutas del régimen nazi facilitaron -o desencadenaron- que se justificara un estado totalitario cuyo único fin era la supremacía: a cambio de sus derechos, se le ofrecía al ciudadano alemán orden, riqueza, y lo más importante, la expansión -que en muchos casos reunía ambas promesas, más la venganza, entre muchas otras.
Para desvirtuar esa justificación alemana, me permitirás que cite a Rousseau.
Según Rousseau, la vengaza no es justificable como derecho. Un estado sólo puede tener a otro estado como enemigo. Ningún soldado alemán tuvo una relación personal con sus enemigos de otros países con lo que su enemistad fue producto de la situación. Un soldado firma un contrato como defensor de su nación y en teoría, en tiempos de guerra, es justificable matar a un defensor de la nación enemiga con el arma en mano, pero al soltarla, automáticamente deja de ser una herramienta de su estado y por tanto no hay derecho a matar a la gente que Hitler mandó matar, por ejemplo.
Los alemanes no tenían derecho a vengarse de los ciudadanos de otros estados, sino de los mismos estados que abusaron de ellos con el tratado de Versalles.
Muchos alemanes fueron obligados a combatir en pro de su patria, pero como el poder se impone por la fuerza del más fuerte, el cuál la convierte en derechos y legislaciones, podemos decir que muchos de los soldados nazis no eran libres al ser llamados a filas, sino que cedían al poder del régimen ya que era apoyar a Hitler o terminar en manos de las SS.
Lo del profesor, se trata simplemente de ceder o venderse a un poder superior que imponía una fuerza mayor a la que el ciudadano alemán de entonces tenía. Este poder no sólo se reduce a la fuerza de las armas, sino a la manipulación de la realidad mediante la publicidad, una herramienta de imposición omnipresente y omnipotente en prácticamente todas las sociedades actuales.
Qué tenía en común el nacional socialismo con formas de gobierno pseudo-comunistas? nada, porque la alemania nazi firmó un tratado anti-comunista con quienes constituirían su bloque durante la 2ª GM : Italia y Japón.
Las tesis de Hitler están muy justificadas en las de un loco que comúnmente se suele tildar de genio: Nietzsche, un frustrado pensador prusiano, que devorado por sus fantasmas interiores desarrolló una filosofía radical en la que se justificaba la imposición por la fuerza y la destrucción de toda moralidad. Ni que decir tiene que el "genio" terminó sus días en un sanatorio completamente perturbado.
erethras, nadie está justificando la "ética" del nacional socialismo, sino su efectivo sistema que llevó a levantar a un país hundido por las deudas y prácticamente rematado por la crisis resultante del crack del 29. Cualquier comentario crítico a favor de dicha gestión suscita recelos por parte de los demás y a lo peor te tildan de Nazi. Esto se debe sin duda a la propaganda de los vencedores que impusieron como tabú cualquier apreciación de la alemania nazi sin más y así les va: gran parte de los Austríacos siente hoy en día simpatías por el nacionalsocialismo, sencillamente porque los nazis convencidos, no dejaron de amar al régimen al finalizar la guerra y desde luego, el creerse perseguidos al no poder hablar de la alemania nazi, se acrecentó su rebeldía que más tarde transmitieron a sus hijos y a sus nietos.