crack escribió:
Barcelona, va más allá de la visión elitista y clasista que se nos ha descrito en este post.
Barcelona también es el Raval y la Mina; Barcelona es también el bar carajillero donde los obreros, nacidos o no en Catalunya, se reunen para charlar de política y de fútbol.
La fuerza y la esencia de Barcelona residen en aquellos que la levantan - aprecien o no el teatro -día a día con su trabajo y esfuerzo, hablen el idioma que hablen, mientras el círculo del Liceu se mira el ombligo, practica el onanismo pseudo-intelectual y se regocija en la opulencia propia de la burguesía.
Enhorabuena! harías buena pareja con Joan Clos I "El Cívico", ambos compartis un ideal inhumano y superficial para Barcelona.
Es lamentable que el autor del texto sea tan desagradecido con la ciudad donde vive. Quizás a él no le guste el trato humano, pero a mí el círculo pseudo-intelectual se me antoja arrogante, efímero y superficial.
Yo prefiero la Barcelona de las personas a la Barcelona de las instituciones pseudo-burguesas y masonas.
Ante tal descripción tan sesgada y manipulada de mi ciudad sólo puedo sentir vergüenza ajena.
Como siempre el amigo del foro con nombre de crujido (ó de hueso que cruje ya de pura artrosis, de ahí la onomatopeya) "treu tot de polleguera", como decimos en mi tierra, ó más castizo sería "lo saca todo de quicio".
Lo que critico de Madrid es que no haya sabido conservar el grado de ciudad moderna, cosmopolita, abierta y tolerante, perfectamente comparable con Barcelona, París, Nueva York y otras ciudades que adquirió con la llegada de la "movida" y de Enrique Tierno Galván como alcalde (1979-86), del cual se cumplen 20 años de su muerte. El mejor alcalde que han tenido, creo yo. Con quien no podías estar de acuerdo siempre, pero sabía conversar, era culto e incluso tuvo un gran detalle al recibir en 1982 al Papa Juan Pablo II con varias frases en latín, que él, como catedrático que fue, conocía perfectamente.
Barcelona ha seguido con algo de lo que nos aportó la "movida", al menos las inquietudes culturales, que no continuó ninguno de los sucesores del profesor Tierno en Madrid. El que menos, el nefasto José María Álvarez Del Manzano (1991-2203), que en sus tres mandatos convirtió Madrid en una ciudad semi-provinciana con sus gustos ultraconservadores. Cuatro ejemplos:
--Al llegar a la alcaldía, intentó nombrar para un cargo importante a Miguel Bernad, miembro de un partido de ultraderecha. Ante la casi unánime oposición de todo el mundo, incluso de gente del PP, se arrepintió y nombró a otro.
--Tuvo como concejal a un pintoresco personaje llamado Ángel Matanzo, que continuamente hacía extravagancias como leyes sobre la prostitución (¿Les suena?) y llegó al colmo al intentar cerrar un teatro alternativo madrileño por que allá se representaba una obra en la que se le parodiaba. Finalmente Matanzo fue destutuído como concejal y expulsado del PP. Acabó formando parte del AUN, un partido minoritario de ultraderecha, con el que fue candidato a alcalde sin resultados.
--Ha rebautizado varias calles de la ciudad con nombres franquistas, como la Calle de los Mártires de Paracuellos (sic) en Chamartín y la Calle de Franco cerca de la Plaza de Manuel Becerra.
--Se negó a recibir en el Ayuntamiento a los supervivientes de las Brigadas Internacionales que combatieron en la Guerra Civil al lado de la República, mientras que Alberto Ruíz Gallardón, entonces Presidente de la Comunidad, sí les recibió sin problemas.
No hablaré de su actitud rayana en el paletismo al calificar de "circo de tercera" a la mismísima Royal Shakespeare Company, que se califica por sí sola, sobre todo visto desde el extranjero.
Su sucesor, precisamente Gallardón, que me caía bien, va torpemente en su labor, debido a su obsesión por obras faraónicas tipo M-30 y el "marcaje estrecho" al que le somete Ana Botella, la esposa del Innombrable, como concejala de Asuntos Sociales. ¡De Asuntos Sociales ella...! Es como tener a un talibán como concejal de la Mujer, por favor.
Y en lo de la candidatura olímpica Madrid'2012, prefiero no hablar. Ya lo hice en mis e-mails a la Prensa, en la desmedida actitud de la misma, más obsesionada por compararse con Barcelona ó superarla que tratar de formar una candidatura de verdad. Madrid tiene posibilidades, pero aun tiene que cambiar muchas cosas, por ejemplo, el Metro.
Por ello encuentro bien venir de vez en cuando a Barcelona. Durante esos días te olvidas de los Pedro Jotas, los Losantos y demás gentuza que te ponen de los nervios.
Y como el crujido me dice que me olvido de la gente más humilde, de los barrios más humildes, no me olvido. Esos también forman la ciudad. Pero también se integran en ella, no van aparte.
¿Somos acaso pseudo-intelectuales por pensar así? Don Enrique (Tierno Galván, claro) no pensaría así. Y yo no voy con pseudo-intelectuales tipo Umbral ó Sánchez-Dragó. Me aburren.
Y yo no voy al Liceu por que no me va mucho la ópera, pero ahora que tiene precios más populares, la gente menos pudiente puede hacerlo.
Si vemos las pelis de Ventura Pons, hasta la gente más humilde te suelta algún detalle cultural, que no quiere decir pedante. Ó en aquella serie de TV-3 emitida doblada en Antena-3 TV, "POBLENOU/LOS MEJORES AÑOS", que te salía l'Andreu (Alfred Lucchetti) diciendo: "Vivimos en una de las ciudades más ruidosas del mundo, no tanto como Bangkok". Y el buen hombre no era ningún pedante, parecía uno de esos abueletes entrañables que el crujido aludía.
Un saludo,