¡Qué casualidad, Yami! ¿Y dices que ya no estás por Bristol? Joe, podríamos haber quedado, que necesito la compañía de alguien "conocido"

Por cierto, cuando estuviste por aquí, ¿visitaste las localizaciones de "The young ones"? Mónica y yo lo hicimos el año pasado, cuando vinimos una semana, y la casa es... Tremenda. Igualita igualita a como estaba hace 20 años atrás (aunque sin flores ni estatuas parlantes

). También fuimos al Kebab donde salía Madness cantando la primera vez, incluso nos tomamos unas coca colas.
Bath lo tengo pendiente. El año pasado sólo fuimos a Bristol, Redditch (precioso) y Londres. Ahora, al tener tanto tiempo, me gustaría ver muchísimos más sitios: conocer mejor Bristol, ir a Bath, Manchester, Leeds, pueblecitos de por aquí... Y, por supuesto, volver a Londres. O al menos es lo que quería hace una semana escasa.
Yo necesito "vaciarme" en algún lado, así que ha tocado aquí. Ayer fue un día medio de pesadilla. Odio coger vuelos y si, además, voy sin ganas, peor que peor. Menos mal que una muy buena amiga me acercó en su coche y se quedó hasta que facturé. Creo que fue la mejor parte del día. Hablando tranquilamente, sentadas, de nuestras cosas. Más de dos horas, claro, porque soy tan agobiante que necesitaba estar en el aeropuerto cuatro horas antes del vuelo. Lo sé, más cargante no puede ser una.
Llega la hora de la facturación, lo que más odio. Tener que sacar la funda del ordenador de la maleta de mano, sacar el ordenador, meterlo en una bandeja, sacarte todo lo que tuvieras en los bolsillos, meterlo en otra bandeja, y a la vez no olvidarte del equipaje de mano... Es una pesadilla. Por poco pierdo el billete de ida, pero al menos nada pitó. Y luego la marabunta de gente... Un agobio increíble.
En el avión bastante bien, incluso me eché unas buenas risas (internas, eso sí) escuchando a un chaval español intentando ligar con una inglesa. La pobre chica no sabía ni dónde meterse, y el chaval muy original no es que fuera, además de que su inglés era bastante malo (con decir que era peor que el mío...). Cuando la chica le dijo que tenía novio y que le dejase en paz, no sabía si reirme o llorar por el pobre chico.
La anécdota del español ya pasa, y llega la hora del vuelo, todo normalito... Aterrizamos, voy a por mi maleta (por suerte no se perdió) y veo a mi amiga esperándome. ¡Al fin! Respiré aliviada. Y menos mal que respiré, porque nos fuimos andando hasta la casa. ¡Casi hora y media con las dos maletitas por la calle a las 12 de la noche! Ni qué decir que llegué aquí muerta, aunque intentando no hacer ruido por los otros dos chicos que viven aquí.
El problema llega hoy. Nos levantamos, desayunamos, y nos vamos al Tesco, a hacer mi compra. Hora y pico dando vueltas por allí; si a eso le sumamos lo espesa que estoy... No sale una buena solución. Noto que Mónica se estresa pero no me quiere decir nada, y me siento incluso más culpable de lo que me sentía antes. Para colmo, cuando salimos con las bolsas, una se rompe y adiós a los 6 preciosos huevos que compré. No le damos importancia, recogemos las demás cosas y seguimos andando. Empieza a llover. Mis dos bolsas están a punto de romperse y... Se rompe una. Corremos a recoger las cosas y meterlas en mi bolso para que no se mojasen. Proseguimos y... "Yaíza, tu bolso gotea". "¡Oh, mierda! ¡El suavizante! ¡Se ha roto!". Ni qué decir que me entraron unas ganas tremendas de llorar, porque llevaba 6 carretes de 36 fotos cada uno que se habían mojado. O eso creía. Al final creo que servirán.
El día ya no podía ir peor. Llegamos a la casa como buenamente podemos y corro a meter el bolso en la lavadora. Al menos tengo suavizante para un lavado. Y por la tarde, Mónica se va a trabajar. Todavía no conozco a las otras dos personas que viven aquí, así que imaginaos qué nervios tengo encima. Yo, en esta casa sola, en mi habitación y con la lavadora en marcha, esperando a que alguien llegue. Y entonces, ¿cómo se presenta una? ¿Bajo y les asusto? Ellos me esperan, pero presentarme de esa forma... No sé, me pone nerviosa, incómoda.
A lo largo del día de hoy he pensado en volverme a España. Me da igual el dinero que me he gastado, pero no me siento con fuerzas. Y luego pienso que estoy desaprovechando una oportunidad de conocer mejor un país que adoro. Pero, ¿cómo voy a conocer este país si sigo con este desánimo, si no trabajo? No sé chicos, una en ocasiones se monta muchos líos en la cabeza. No sé si la mejor solución es pasar dos semanas más aquí y volverme...
Menudo tocho, la verdad. Siento la extensión y la incoherencia en algunas partes, pero lo he escrito tal y como lo siento.
P.D: ¡Ah! Esta mañana Mónica me dio con retraso mi regalo de cumpleaños. ¡Y cómo lo adoro! El vinilo de Hugh Laurie, "Let them talk". Precioso, tengo unas ganas increíbles de escucharlo.