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MensajePublicado: Mié Mar 07, 2007 10:11 pm 
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Hací­a ya bastante tiempo que tení­a en mente dedicarle un post a esta actriz mí­tica del doblaje español. Tras acabar de ver su memorable actuación en Romeo y Julieta, allá por el año 1938, no puedo demorarlo ni un dí­a más. Porque en esta pelí­cula, alcanza Carmen Morando el cenit de su carrera (o por lo menos el de su primera etapa). Es tal su compenetración con la actriz de imagen, la espléndida Norma Shearer, que uno no sabe si Morando le está "prestando" su voz a la magistral actuación de la Shearer o es la actriz canadiense quien le está prestando su rostro y sus gestos a la increí­ble actuación de la Morando. La actriz española no está leyendo unas lí­neas con el mero objetivo de que "cuele", no. Carmen Morando se transforma en el personaje shakesperiano de tal manera y vive su actuación con tal intensidad que parece que ella misma estuviera en la realidad enamorada de Romeo.
¡Con qué aparente facilidad recita unos versos tan difí­ciles como mí­ticos! ¡Qué suavidad pero a la vez convicción rezuman sus frases! Sus momentos en el balcón son dignos de un Oscar. Incluso los gestos de las manos de la Shearer son captados con sutil maestrí­a por la Morando, como en el minuto 41, cuando le dice a Romeo “¿Qué satisfacción puedo darte?”. La entonación con la que pronuncia esa frase no se le ha vuelto a oí­r jamás. Porque ella no se interpretaba a sí­ misma, se transformaba en el personaje, por difí­cil que fuera... Y sino, comprobad la evolución de sus matices cuando se entera de que su amado ha matado a Teobaldo y ha sido desterrado:
1) Rabia in crescendo contra Romeo (1h11): "Corazón de serpiente, oculto bajo florido semblante. Maravilloso tirano, demonio angelical. Justamente todo lo contrario de lo que pareces. Santo, maldito y honorable villano. [...]
2) Arrepentimiento por lo que acaba de decir (1h12): “Deberí­a el diablo llevársete la lengua. Él no ha nacido para el oprovio. ¡Qué cruel he sido recriminándole! ¿Acaso deberí­a hablar mal de mi esposo? Oh, pobre dueño mí­o, si tu esposa de tal modo tu nombre ha ultrajado, ¿qué voz lo va a acariciar?
3) Revelación (1h13): “Pretendió matar Teobaldo al que es mi esposo...y Teobaldo ha muerto y mi esposo vive. Todo ello es un consuelo. ¿Para qué llorar entonces? Teobaldo muerto y Romeo...desterrado. ¡Desterrado! Esa palabra me aflige más que la muerte de mil Teobaldos.”
Todos estos estados de ánimo, sentimientos y emociones, matizados de una frase a la siguiente con la sutil credibilidad que sólo las más grandes pueden ofrecer.

La trayectoria de Carmen Morando habí­a comenzado ya en el año 1932, en Parí­s, contratada por la Paramount. Al cumplirse su contrato con esta casa, pasó a trabajar en la Metro, aún en Parí­s, hasta la apertura de los mí­ticos estudios en la ciudad condal. En esos estudios dobló, según sus propias palabras, los papeles con los que más a gusto se sentí­a, mujeres buenas, ingenuas, sentimentales, las que se desarrollaban dentro de una fina y elegante comicidad. A destacar sus doblajes de Myrna Loy, hoy desaparecidos o de Jeanette MacDonald, de la que afortunadamente sí­ nos queda su gran doblaje de San Francisco. Y por supuesto, su doblaje de Diana Wynyard en la primera versión de Luz de gas (1940), doblaje del que la Morando siempre se sintió muy orgullosa. Aunque, como queda arriba expuesto, su doblaje estrella de su etapa en la Metro, fue sin duda la NORMA SHEARER de Romeo y Julieta, tanto por la simbiosis conseguida como por el mérito añadido de enfrentarse a la dificultad de los versos de Shakeaspeare.

Hacia finales de 1945, fue fichada por Hugo Donarelli para sus no menos mí­ticos estudios de Fono España en la capital. Nada más llegar, realizó otro de sus doblajes bandera en aquella época, la JENNIFER JONES de La canción de Bernadette, doblaje e interpretación desafortunadamente desaparecidos y que sólo cabe imaginárselos en la memoria. Con la actriz americana, obtuvo Morando otra simbiosis que ninguna otra de sus compañeras superó con dicha actriz. Destacan también sus doblajes a la Jones en el primer doblaje de Estación Termini en Oro Films y ya en los tiempos de Audio Films, en otro tí­tulo emblemático, Adiós a las armas, posiblemente su último doblaje estrella, allá por el año 62.

Dado que la mayorí­a de sus doblajes desde mediados de los cuarenta hasta mediados de los 50, han sido vilmente sepultados, poco más de puede pues decir de su paso por Fono España (donde permaneció unos años tras la marcha de Donarelli a Sevilla Films en 1947, aunque posteriormente se les unirí­a).

Pero fue de la mano de Paco Sánchez en Oro Films (primero en los estudios de Sevilla Films y posteriormente en Exa), donde Carmen Morando vivió su segunda época de esplendor, época en la que amplió su registro, pasando a doblar a mujeres de fuerte personalidad y carácter, como GINA LOLLOBRIGIDA, con quien consiguió otra de sus simbiosis fundamentales. Sus trabajos en Pan, amor y fantasí­a, Pan, amor y celos o La mujer más guapa del mundo así­ lo corroboran. Morando está excepcional, en unos papeles que nada tienen que ver con su Julieta de años antes. Visceral, temperamental, fuerte o rabiosamente sensual son adjetivos que podrí­an describir su manera de doblar a la Lollobrigida. Realmente merece la pena disfrutar de esos doblajes, independientemente de que la calidad de sonido con la que se conservan no sea óptima.

Para culminar esta segunda “juventud” de la Morando, llegamos a finales de los 50, donde fraguó otra gran simbiosis con la guapí­sima JANET LEIGH y donde en espacio de dos años nos regaló tres creaciones sensacionales: la JEAN SIMMONS de Horizontes de grandeza, la ELSA LANCHESTER de Testigo de Cargo y la ELIZABETH TAYLOR de Gigante, muy probablemente los tres doblajes estrella de los estudios Oro Films-Exa.
Fijaos hasta qué punto llegaba la maestrí­a de la soberbia Morando que fue capaz de conseguir dos tonos de voz diametralmente opuestos de la segunda a la tercera.
Elsa Lanchester, contaba por aquel entonces con 55 años de edad y Liz Taylor con 24. ¡31 años separaban a ambas! Pero eso no fue ni óbice ni cortapisa para que fuera Carmen Morando el nexo de unión entre las dos en nuestro idioma. Comparando ambos doblajes, insisto, doblajes que habrí­a que pasar una y otra vez en las academias hoy en dí­a, resulta difí­cil creer que sea la misma. Pues lo es. En un caso, poniendo una voz vivaracha y alegre en el otro, con un tono firme. La armoní­a conseguida con sus compañeros Paco Sánchez en la primera y Félix Acaso en la segunda tuvo, claro, mucho que ver en el resultado obtenido. En cualquier caso, ambos fueron papeles de esos que se denominan “bombón” y de los que quedan grabados en la memoria auditiva. Tal es así­, que cuando se redobló Me enamoré de una bruja, Lucita Garcí­a imitó claramente (y con gran acierto dicho sea de paso) la actuación de Morando en Testigo de cargo. ¡Y habí­an pasado casi 20 años!
A Elizabeth Taylor no volvió a doblarla, pero se la habí­a ganado. Cualquiera dirí­a que era la voz habitual de la Taylor, porque prácticamente no se echa de menos a Elvira Jofre, su alter ego en Barcelona. Incomprensiblemente, se optó por Mercedes Mireya en Cleopatra.

De hecho, la carrera de Morando empezó su lento declive en la década de los 60, y no por una deterioración de su voz o una pérdida de sus aptitudes actorales, sino por las –muchas veces incomprensibles- decisiones que se tomaron en Audio Films-Fono España. Tal vez se equivocó, quién sabe, yéndose con Arias a Fono España, en vez de quedarse con Paco Sánchez en Exa, cuando éste cambió el sello de Oro a Sago en 1960. Pero esos entresijos, o el porqué de determinadas decisiones quedarán para la mayorí­a de nosotros como una incógnita indescifrable.
El caso es que en Audio Films-Fono España, Mireya siempre fue la actriz número 1 y Morando la número 2, por lo que probablemente fuera perdiendo poco a poco interés y al cierre de los estudios en 1968, optó por retirarse.

Desconozco cuándo murió, aunque gracias a esos milagros que a dí­a de hoy aún hoy suceden, algunos de sus trabajos no han sido borrados y puede permanecer inmortal para aquellos que valoramos el esfuerzo de los maestros del atril. Y Morando lo fue. Tal vez por que consiguió lo que ella denominaba "la difí­cil facilidad". Facilidad con la que consiguió que alguien, en principio nada amigo de los versos de Shakeaspeare, como es mi caso, se incorporara en su sillón entusiasmado y ensimismado ante el sentido que la voz que surgí­a de la pantalla le estaba dando a unas palabras, palabras que en boca de otra le hubieran pasado tal vez desapercibidas. Ésa es para mí­ la magia del doblaje, del buen doblaje se entiende.

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montalvo


Última edición por montalvo el Jue Mar 08, 2007 1:45 pm, editado 1 vez en total.

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MensajePublicado: Jue Mar 08, 2007 12:05 am 
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Registrado: Sab Mar 11, 2006 3:24 pm
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Buenas noches.

¡Qué gran satisfacción leer las palabras de Montalvo sobre una actriz tan querida para mí­! Son intervenciones así­ las que animan a seguir visitando el foro, sin duda. Como siempre, documentadí­simas y cargadas de admiración, las mismas sensaciones que a mí­ me producen.

Carmen Morando tení­a una de esas voces que cautivan desde la modestia, que enamoran desde la discreción. Seguramente fueron esas condiciones las que la empujaron a doblar a grandes protagonistas femeninas desde los comienzos de su carrera. Ejemplo de esto es Gene Tierney en el primer doblaje de "Laura", Jennifer Jones o Janet Leigh (impresionante en "Los vikingos", al lado de Douglas/Baltanás, Curtis/Prada y Borgnine/Sánchez). Para nuestra satisfacción, por lo menos para la mí­a porque Janet Leigh es una de mis deblidades desde siempre, hemos podido escucharla doblando también en pelí­culas como "El mensajero del miedo", donde aportó serenidad. Sus registros podí­an ser variados: ahí­ tenemos el divertidí­simo papel que desempeñó en "Testigo de cargo" doblando a Elsa Lanchester, o el de Ruth McDevitt en ese clásico infantil que es "Tú a Boston y yo a California". Alternaba con facilidad personajes protagonistas y secundarios, siendo para mí­ muy especial el de Elizabeth Taylor en "Gigante". La grandeza de voces de la época no nos plantea siquiera la hipótesis o sugerencia de un cambio de ciudad, porque nos creemos tanto a Morando, Acaso y Baltanás como hubiéramos hecho con Jofre, Soriano y Cano. Ojalá en muchos casos pudiéramos decir lo mismo. Ojalá la gama de voces llegara a acercarse a la mitad de aquel glorioso entonces.
Echando la vista (y el oí­do) atrás, comprobaremos que su voz ha pasado por muchas grandí­simas figuras del mundo del cine: Myrna Loy, Gene Tierney, Shirley MacLaine, Joanne Woodward, Liz Taylor, Jean Simmons, Marilyn Monroe, Deborah Kerr o Gina Lollobrigida, entre otras muchas. Recuerdo con especial cariño a la imperial señora Clouseau, por siempre Capucine, en "La Pantera Rosa", deliciosa y genuina comedia en la que no sólo lo visual se llenaba de lujo, sino también en lo que nos toca en cuanto al doblaje. Por cierto, la actriz francesa ya habí­a contado con su voz en "Alaska, tierra de oro" pocos años antes.
Muchas obras maestras jalonan su historial, aunque a muy pocos nos importe. "Un tranví­a llamado deseo", "Atraco perfecto", "Gigante", "Centauros del desierto", "Los vikingos", "Testigo de cargo", "Sed de mal" o "El Gatopardo" son muestra de ello. Mucha felicidad me han transmitido las voces de esas pelí­culas al tiempo que me empapaba de imágenes verdaderamente artí­sticas. Un cine que respetaba al espectador y que (entonces sí­) era realmente ARTE.

Mi más sincero aplauso a la figura de Carmen Morando, una actriz con mayúsculas que supo encumbrar nuestro doblaje a cumbres hoy añoradas.

Un saludo.


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MensajePublicado: Jue Mar 08, 2007 1:53 am 
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Registrado: Mar Oct 08, 2002 1:35 pm
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¡Gracias, MONTALVO! Sin duda has estimulado tantos felices recuerdos que ya mismo me voy a la cama, pues es mucho con lo que hay que soñar esta noche...

Gracias también a ti, QUIQUE.

Cordiales Saludos


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MensajePublicado: Vie Mar 09, 2007 2:21 am 
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Registrado: Mié Oct 09, 2002 1:02 pm
Mensajes: 423
Ubicación: málaga
Poco que añadir a tu magní­fico recuerdo de Carmen Morando. Sólo lamento no haber tenido ocasión de haberla escuchado más. Yo siempre la recordaré sobre todo como la princesa Morgana de la excepcional LOS VIKINGOS (qué pareja compuso con Baltanás/Kirk Douglas, e incluso con José Marí­a Prada/Tony Curtis, la más rara voz que tuvo este actor, aquí­ sin embargo muy adecuada por lo inhabitual de su personaje...).

Y una felicitación admirativa también para esta magní­fica frase de fdo. amsterdam.

fdo amsterdam escribió:
Sin duda has estimulado tantos felices recuerdos que ya mismo me voy a la cama, pues es mucho con lo que hay que soñar esta noche...


Imposible dar con un elogio mejor para tu post, Montalvo. Gracias a los dos; a mí­ también me habéis hecho feliz con la calidad de vuestros mensajes...


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MensajePublicado: Lun Mar 12, 2007 9:15 pm 
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Registrado: Mar Oct 08, 2002 5:13 pm
Mensajes: 1225
Aquí­ os dejo una foto de mis archivos de Morando, de nuevo "colgada" por Josef:

http://img460.imageshack.us/img460/2563/morandodd9.jpg

A ver si alguno más se anima a decir unas palabras, aunque sean pocas, en recuerdo de esta magní­fica actriz.

_________________
montalvo


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 Asunto: Carmen Morando
MensajePublicado: Mié Mar 28, 2007 6:58 pm 
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Registrado: Dom Sep 28, 2003 2:05 pm
Mensajes: 243
Puis si, Sr, Montalvo, estamos hablando de una de las grandes voces y actrices que ha dado el firmamento del doblaje español.
De su estancia en los Estudios Metro, solamente algunos pocos, desde luego privilegiados, poseerán varios de los films en los que aparece su sencual voz. Por desgracia y como tantas veces se ha reiterado en este Foro, la conservación y mantenimiento de "esos doblajes" no se consideraron parte del patrimonio cultural y artistico, desapareciendo por tanto de su explotación comercial los films donde queda para la historia la demostración de sus enormes cualidades.
Igualmente desde su traslado a los Estudios de Madrid donde prestara su voz a relevantes actrices de Hollywood, tambien quedan escasos films para visionar y recordar que aquellas estrellas jamás las volveremos a "oir" de esa forma, donde los múltiples registros de su voz lograrí­an tal simbiosis que en muchos casos la veneración que tení­amos por esas actrices, una grandí­sima parte corresponde a la voz con que hablaban.
Tras un periodo de alejamiento del doblaje, se reincorpora a los Estudios Oro, donde su cuerda vocal sigue siendo extraordinaria pero modificando de alguna manera sus registros, dado que la avalancha de cine europeo conlleva que su adaptación de interpretar e imitar a otra clase de estrellas del firmamento cinematográfico no sea la misma que a las estrellas americanas.
Y ahí­ nos vuelve a mostrar su gran talento, flexibilizando su voz y dando de si una serie de matices distintos, desde la sensualidad, dulzura, descaro, tragedia, etc. EDse don que en ella era natural solo estaba en posesión de algunos privilegiados.
Para que citar parte de sus enormes trabajos si quedan registrados en la impagable labor de algunos amantes del doblaje en la base de datos.
Por nombrar un titulo de los que se citan, Gigante, en efecto nos hace olvidar que E. taylor no hablaba con su voz habitual, e. Jofre. Pero es que era tal su "arte" que ninguna actriz se le resistia. Su especial registro de voz le permitia apoderarse de cualquier rostro femenino, independientemente del rol que esa estrella le tocara representar, drama,comedia u otro género.
No tengo las suficientes referencias de quien o quienes tuvieron el acierto pleno de incorporar como voces femeninas al citado Estudio Oro a C. Morando y M. Mireya, pero lograron a mi modo de ver, reunir a dos talentos de voz e interpretación similares a las que tenia la Metro: Elvira Jovre y Maria V. Durá.
El traslado de Estudios, finalizado el ciclo de Oro Film, significóm el avance paulatino del final de su carrera, pero debe resaltarse otra virtud en ella y es el logro del mantenimiento casi igual de su tono de voz durante sus casi treinta años de profesión. Casi nada.
En un post recordatorio a tan enorme "artista" no deseo incidir en algún matiz que difiera de lo reseñado por su iniciador Montalvo. En todo caso "mi denuncia" una vez más a la profesión en general que debiera "reflexionar" de una vez por todas, aportando su granito de arena o sea interviniendo y recordando a una compañera que representó una época de esplendor y una voz irrepetible.
O asi me lo parece.


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