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Acabo de re-ver esta película (una primera intentona a los 16 años acabó con mi cerebro hecho añicos) y la verdad es que en su momento ni me importaba ni me venía, pero escuchando el doblaje me he llevado una sorpresa. Como en otras pelis de Kubrick, se metió mano en el doblaje y se contó con gente ajena a la profesión: en este caso, podemos escuchar las voces de José Luis Gómez, Tina Sainz y Manuel Galiana. Ahora bien, he aquí mi opinión: me encantan. Vale que José Luis Gómez, le falta un puntito para sonar definitivamente bien, pero la verdad es que sus tonos no me disgustan en absoluto. Tina sainz, aunque habla poco, considero que se epga muy bien a Lady Lyndon (es más confundí su voz con la de Miriam de Maeztu. Y ya por último, Manuel Galiana me encantó como el Reverendo Runt, se pegaba perfectamente a su cara. Naturalmente, esto es solo una opinión mía, pero me gustaría saber qué opináis vosotros del doblaje de esta peli.

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La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura.

Y qué decir de la narración de José Luis López-Vázquez, absolutamente antológica.

También está estupendo, pero al ser narración y no tener que pegarse a la cara de un actor, he preferido dejarlo a un lado (eso sí, no desmerezco en absoluto su trabajo).

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La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura.

A mí el doblaje de esta película no me gusta (añado que no es lo único que no me gusta de este soberano tostonazo).

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"El arte de la guerra se apoya sobre el siguiente principio inmoral: hazle al prójimo lo que no quieras que te hagan a ti"

Jules Verne

Ya que se saca el tema, hace tiempo que pienso que al Reverendo quizá no le doblase Galiana, sino Jaime Blanch. Pero hace mucho que la vi.

La verdad es que no me recordaba mucho a Galiana, pero claro, la voz, los tonos... pueden cambiar con la edad. Eso sí, me encantó cómo estaba doblado, fuera o no él.

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La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura.