Por cuestiones profesionales, los últimos dos años tuve la dicha de tratar con Alfonso Gallardo, una persona excepcional. Tengo 49 años, él protagonizó y sobre todo participó como secundario en muchísimos programas de televisión de mi infancia: Estudio Uno ("Cuatro Corazones con freno y marcha atrás"), y muchísimos más "Divertido siglo", "La Venganza de don Mendo"... su voz inconfundible, (cerrad los ojos, pensad en el Boody de Cheers... exacto, ese es Alfonso) le permitió hace en radio y como actor de doblaje papeles muy juveniles, pues su timbre daba esa impresión. No solo doblaje hizo Alfonso, ni mucho menos, como he dicho mucha televisión y mucho teatro. Llevaba unos años ya retirado, y cuando yo lo reconocí en mi oficina, él se sorprendió sinceramente de que "todavía alguien lo recordase", para mí fue como conocer a alguien cercano y familiar, Alfonso era todo ternura, amabilidad y falta de presunción. Me las pude apañar para tener algunas conversaciones maravillosas con él, él no se daba la más mínima importancia, y por ejemplo nunca se preocupó de facilitar datos a webs de internet, ni fotos, para él "lo pasado, pasado", no entendía que a nadie le pudiera interesar entretenerse en lo que ya había terminado.
Es un grande entre los grandes. En el último año tuvo complicaciones graves de salud, que aparentemente había superado, su aspecto era el de siempre, sonreía con facilidad y en la mirada había siempre un punto de burla y una enorme ternura que hacían de él alguien fácil de querer. Si a mí, que en el fondo soy un desconocido, me afecta de este modo su muerte, imagino el desconsuelo de quienes lo trataron, familia y amigos. Ojalá este país le dé el homenaje que merece. Descanse en paz.
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