Hace un rato he estado viendo FRASIER. Hace un tiempo que volví a empezar la serie desde el principio y acabo de terminar la séptima temporada. Al que le guste FRASIER sabrá que es el punto en el que Niles finalmente le dice a Daphne lo que siente por ella, y es este momento justo el que me ha llevado a hablar de un tema relacionado con el doblaje que llevaba un tiempo rondándome por la cabeza.
Durante siete años Niles ha estado hablando a Daphne de usted, haciendo gala de su educación habitual, y por eso he de confesar que me he sobrecogido un poquillo cuando Niles, lanzado pero siempre contenido, dice "No, Daphne, Frasier ha hecho bien en decírmelo porque te quiero". Te quiero. No "la quiero, Daphne", no. Te quiero. Un maravilloso detalle que en versión original ni siquiera existe.
Como muchos sabrán, en inglés no existe una conjugación verbal específica de la segunda persona para denotar respeto. Siempre usas "you", tanto si te diriges a tu perro como si te diriges al Presidente de los Estados Unidos de América (expresión que siempre he amado por pomposa). No me pregunto cómo hacen ingleses y norteamericanos para diferenciar la intención, eso va implícito en el largo aprendizaje contextual de la lengua materna, y
se sabe, aunque es cierto que las diferenciación gramatical que tenemos nosotros para estos casos la hace más llamativa y, tal vez, conmovedora (en casos como el de FRASIER). Lo que me da vueltas por la cabeza es la responsabilidad del director de doblaje o el ajustador a la hora de traducir un "you" al castellano.
Estoy seguro de que cuando un director se encuentra con algo así (que tiene que ser muchas veces) se plantea la cuestión muy concienzudamente. ¿Debería Niles hablar de usted a Daphne durante siete años, sin aparentar una evolución en la confianza entre ambos? ¿O tal vez es coherente con el perfil del personaje, dada la exquisita educación de Niles? Los "títulos" de las personas pueden dar muchas pistas, así pues no cabe duda de que llamar a Niles "Doctor Crane" requiere un "usted", al menos hasta que se le empiece a llamar por su nombre de pila. Pero no siempre se tiene esta facilidad.
Qué fastidio, ahora no caigo en varios ejemplos que me han llamado la atención a lo largo del tiempo a este respecto. "¿Por qué usted y no tú?". "Un momento, ¿qué ha pasado para que de pronto estos tipos se tuteen?". Preguntas como ésa me he hecho a menudo. Me gusta, por ejemplo, que Frasier tutee a Kenny, el director de la emisora, y éste a su vez le hable a él de usted. Denota la relajada relación de uno con un jefe benévolo y el respeto y la admiración del otro hacia el buenhacer de un reputado psiquiatra, pese a ser el mandamás. Son detalles que otorgan vidilla a los personajes de una ficción y que están en manos de los responsables del doblaje.
Recuerdo haber visto casos en los que dos personajes que habitualmente se tutean súbitamente pasan a hablarse de usted. Ahí va una frase genial de LOS SIMPSON (¡al final me he acordado de alguna!): "¡Usted! ¿Sabe lo que es usted? ¡Usted es un orangután! ¡Orangután, orangután, orangután!", dicha por Lisa hacia su padre, Homer. Al que, dicho sea de paso, tutea habitualmente, que el franquismo acabó hace tiempo. ¿Qué puede llevar a Revilla a decidir que aquí lo ideal es que Lisa hable de usted a su padre? ¿Que eso denotaría con elegancia lo emocionalmente separado que se encuentra ella de él en ese momento? ¡Porque recordemos que Homer acaba de dejarla en ridículo delante del señor Bergstrom! Puede ser, puede ser... Pero en todo caso es una genialidad, tal como yo lo veo.
Casos como éste son los que me hacen pensar, y se me ocurrió que me gustaría compartirlo con vosotros para que reflexionéis al respecto conmigo.

Pd.: Dicho sea de paso, maravilloso y emotivo momento de FRASIER el del final de la séptima temporada.